Política y medioambiente: ignorancia, mala voluntad o hipocresía

En los últimos 6 meses el país vivió un reacomodo político tras elecciones para elegir a los nuevos presidente y vicepresidente del Estado Plurinacional, y las nuevas autoridades de los gobiernos subnacionales, mientras el mundo entero sigue sufriendo por la pandemia del coronavirus.

En este panorama de promesas, acusaciones y las precauciones sanitarias para no contagiarse del covid-19, la temática ambiental adquirió mucha más importancia. Tenemos la oportunidad de comenzar una nueva etapa dentro de nuestra historia, una donde se muestre que es posible satisfacer las necesidades económicas y no dañar el medioambiente.

Durante el desarrollo de las campañas políticas fue muy notoria la inexistencia de propuestas claras respecto a la temática ambiental. Esto lleva a preguntar cuánta importancia tiene el medioambiente en la política nacional.

Es momento de crear y poner en marcha políticas claras para generar cambios que, sería ideal, partan del gobierno central. Esto no significa que las gobernaciones y municipios se queden en la inacción. Pueden hacer mucho para el cuidado del medioambiente.

Solo de manera enunciativa podemos citar algunas acciones a llevar adelante:

- Mejorar nuestro sistema energético, promoviendo e instalando medios de energías renovables amigables con el medioambiente.

- Proponer cambios en los modelos de consumo y uso de envases.

- Mejorar la implementación de la gestión integral de los residuos sólidos.

- Mejorar toda la red de abastecimiento de agua y tomar medidas para evitar el deshielo de las cumbres nevadas.

- Implementar políticas para el tratamiento de la contaminación in situ y reducir los efectos negativos en los medios circundantes.

- Mejorar la planificación del crecimiento urbano y llegar a convenios con poblaciones o municipios cercanos buscando beneficio mutuo, conformando mancomunidades.

- Crear nuevas áreas verdes y proteger las existentes, especialmente sancionando la actividad depredadora de loteadores.

- Desarrollar trabajos de rehabilitación de áreas afectadas (deslizamientos, derrumbes, inundaciones, etc.) mediante procesos de restauración ambiental. Por ejemplo, el área afectada por el deslizamiento en la zona de Bajo Llojeta, con una restauración ambiental podría convertirse en un área verde con gran diversidad de vegetación, mejorando así la calidad de aire de la ciudad.

Las acciones de los gobiernos nacional, departamental y local deben orientarse también a aplicar políticas y programas para promover cambios en la sociedad, sobre educación ambiental y cambio de hábito de consumo.

Es necesario hacer análisis de ciclos de vida de los productos que consumimos ya que no todo lo que se dice verde es verde. En este punto es importante aplicar políticas de información respecto a los componentes de los productos que se permite comercializar, para que las empresas tengan la obligación de publicar esa información en sus productos.

Los cambios no son sencillos, pero existen maneras de lograrlos. Incluso se puede hacer convenios con otros países para obtener cooperación. Por ejemplo, se puede garantizar la conservación de bosques para asegurar la adecuada circulación de aire sin contaminar o asegurar la purificación de agua de algunos cuerpos de agua y solicitar apoyo para la implementación de sistemas energéticos amigables con el medio ambiente.

Existe mucho por hacer, hay medios para lograrlo, y se cuenta con gente capacitada. Lo importante es dejar la politiquería de lado, los puestos públicos deben ser ocupados por personas con conocimientos adecuados para la realización del trabajo y no solo por afinidades políticas. Debemos mejorar los sistemas internos, minimizando la burocracia en las instituciones públicas, y enfocarnos más en el control y cumplimiento de las normas.

Es hora de cambiar, y ahora es el momento, antes de que sea demasiado tarde. Ahora veremos si en el tema ambiental las autoridades tienen mala voluntad, desconocen la temática o solo velan sus intereses económicos. No olvidemos que cuando los ecosistemas estén dañados, la alimentación, el aire y agua serán los principales problemas.

El autor es Ingeniero en Ecología y Medio Ambiente.