Ha muerto Hans Küng, un gran teólogo

Sacerdote católico, pensador y escritor prolífico, murió el 6 de abril en Tübingen, Alemania. El deceso fue anunciado por la Fundación de Ética Global que el doctor Küng fundó en 1995. No se dijo de qué murió, aunque se sabía que sufría de Parkinson. Nació en Sursee, Lucerne, Suiza, el 19 de marzo, 1928. Escribió 29 y coescribió 6 libros teólogo-socio-críticos e interpretativos del cristianismo y otras religiones además de las funciones econo-político-teologales del Vaticano. Entre los más leídos están: Una economía decente en la era de la globalización (2019), Una muerte feliz (2018), Seis papas (2017), Lo que yo creo (2011), Ética mundial en América Latina (2008), El principio de todas las cosas, ciencia y religión (2007), El islam. Historia, presente y futuro (2008), Mantener la esperanza, o escritos para la reforma de la Iglesia (1993), ¿Existe Dios? (2005), ¿Vida eterna? (2000).

En el libro coescrito Christianity and World Religions (1986) define la religión como “una visión creyente o enfoque de la vida, una manera de vivir o forma fundamental que envuelve al individuo y a la sociedad, al hombre y el mundo, a través de los cuales una persona (aunque parcialmente percatada de ello) mira y experimenta, piensa y siente, acciona y sufre, todo”. (La traducción es mía). Küng es y permanecerá un teólogo liberal católico cuyas enseñanzas y libros, de gran e incesante acogida por el público, abogaba incansablemente por la reforma de la iglesia católica sobre todo del concepto de “infalibilidad” de lo que diga el Papa “ex catedra,” o sea sin posibilidad de atribuirle equivocación o discutirle. En 1870 el Concilio Vaticano lo estableció como dogma, y Küng nunca estuvo de acuerdo con ello al punto de que se lo sancionó... pero no se quedó quieto ni callado. Lo siguió postulando en los seis idiomas que hablaba en pos de que la Iglesia se ajustase a los tiempos modernos. Lo de “Iglesia católica romana” proponía cambiarlo por “Iglesia católica universal...”. Decía que por siglos la burocracia vaticana constituía un régimen autoritario que había descuidado su misión espiritual en pos de acumular poder y riqueza teniendo al Papa como un monarca absoluto.

No hay duda de que Küng fue el más notable e importante teólogo católico del Siglo XX. De joven, uno de sus libros iniciales sentó las bases intelectuales de varias reformas instauradas por el Vaticano II que cursó de 1962 a 1965 liderado por el Papa Juan XXIII. En 1963 fue invitado a la Casa Blanca, por el John F. Kennedy, el primer presidente católico de EEUU (el segundo es Joe Biden) aunque fue ignorado por la Universidad Católica de Washington DC. M. Schudel del WP cita a Küng diciendo. “¿no sorprende la similitud entre un régimen comunista y el sistema Vaticano?, ¿no son ambos absolutistas, centralistas, totalitarios, en concreto: enemigos de la libertad humana? La mentada obediencia clerical la comparó con el pensamiento militarista de la Alemania Nazi”.

Küng postulaba que debería permitirse a los sacerdotes casarse, y que los Papas deberían ser electos por curas y fieles. Ante sus ideas, se decía que equivalían a una segunda Reforma de Martín Lutero. En abril de 2021 muchos consideran importantes los postulados de Küng sobre todo en vista de los cuestionamientos de pederastia cometidos por religiosos de todo rango, por los vejámenes perpetrados en Irlanda y por la necesidad de transparencia en los asuntos financieros como las exoneraciones de impuestos de activos religiosos. Cuestiones que no dejan de latir.