
En estos días ha salido a la circulación un importante libro con el nombre del título de esta nota, cuyo autor es el Ing. Javier López Soria, que tiene una amplia versación y experiencia en el campo forestal. Es una obra que no está dirigida solo a especialistas. Todos los bolivianos, estudiantes, profesionales y ciudadanos en general deben leerlo y ojalá lo hicieran los políticos para orientar con eficacia sus actividades. Todos sabemos que Bolivia es un país esencialmente minero y que ha vivido explotando y dando fin a sus recursos naturales; primero fue la plata, después el estaño y otros minerales, luego la goma y en los últimos decenios la castaña; y no habíamos sabido que estamos extinguiendo también ¡el recurso forestal que cubre más del 50% de nuestro territorio! Bolivia ocupa, como nos dice el autor, el sexto lugar en superficie de bosques tropicales a nivel mundial y el tercer lugar en el continente americano, después de Brasil y México, suficientes datos para preocuparnos que un nuevo recurso natural se nos va, dejándonos siempre en la pobreza.
Nos dice el Ing. Javier López Soria que el 68% es de las tierras con cobertura boscosa en el país, es apto para desarrollar acciones de regulación y control forestal a través del manejo forestal sostenible, “evitando la conversión de estas tierras boscosas a otros usos no compatibles con su capacidad de uso mayor forestal”.
La explotación forestal comenzó con especies no maderables, como la quina y la goma que si bien constituyeron fuente de ingresos para el Estado, la falta de infraestructura caminera y las distancias contribuyeron a su falta de control y explotación inadecuada; agréguese a esto la intervención de intereses extranjeros, como de Inglaterra y Holanda que llevaron semillas a sus territorios coloniales, luego la producción sintética de los productos ocasionó la baja de precios, resultando que al presente su explotación es muy baja. Lo que siempre ha sucedido es que, por el inadecuado manejo de nuestros recursos naturales, sus beneficios económicos han sido aprovechados por intereses foráneos.
Expone el autor que la explotación de los recursos forestales maderables ha sido tardía, primero para la satisfacción de necesidades internas y recién después para una producción exportable. Es con la elaboración del plan de desarrollo realizado por Erwin Bohan, como parte de la ayuda del Gobierno de los Estados Unidos, que propendió al autoabastecimiento de productos agropecuarios, entre éstos la madera que el país tenía que importar. Por eso la Corporación Boliviana de Fomento inició su explotación, formando empresas mixtas y concediendo créditos para aserraderos, a lo que dio mayor impulso la construcción del camino Cochabamba - Santa Cruz y otros caminos de desarrollo en el Norte de Santa Cruz, en La Paz y el Beni.
El Ing. López nos informa que en el gobierno del Cnel. German Busch se dictó la primera ley típicamente forestal, el DS de 2 de agosto de 1939 y su Reglamento; de la creación del Servicio Nacional Forestal, de Caza y Pesca; de la elaboración de la Primera Política Forestal elaborada por el Ing. Federico Bascopé y el Ing. belga Jean Dubois; y de que la falta de fiscalización y control estricto de aprovechamiento e industrialización por parte del Estado, permitieron una explotación altamente selectiva de los bosques, sin cumplir los requisitos de conservación y reposición forestal. Que después se sancionó la primera norma forestal, denominada Ley General Forestal, en agosto de 1976, estableciendo el Centro de Desarrollo Forestal.
Continúa diciendo el Ing. López que siendo necesario incluir nuevas normas para el manejo sostenible de los recursos forestales, acorde con la Ley del Medio Ambiente, se sancionó la actual Ley 1.700, con los principales objetivos de promover actividades forestales sostenibles y eficientes, garantizar la conservación de los ecosistemas, la biodiversidad y el medio ambiente, proteger y rehabilitar las cuencas hidrográficas, prevenir y evitar la erosión de la tierra y la degradación de los bosques, praderas, suelos y aguas y promover la forestación y reforestación, así como la formación de la conciencia de la población para el manejo responsable de las cuencas y sus recursos forestales. El libro contiene datos estadísticos y gráficos ilustrativos, y nos conmueve la desaparición paulatina de la madera mara, cuya extinción se prevé en 3 o 5 años.
En fin, el libro que comentamos aparece en momento oportuno para que su contenido sirva de orientación a las autoridades y a los políticos para preservar un valioso recurso natural que no concluya como tantos otros, sin provecho para el país.
El Ingeniero agrónomo Javier López Soria, paceño, estudió en la Universidad de San Simón y es Master Sciencie de la Universidad de Utha y otros centros importantes.
El autor es abogado e historiador de la ABHM.
bdlarltd@hotmail,com
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