Psicología
Un padrastro o madrastra es la persona que establece una relación formal con uno de los padres, y que pasa a ser parte importante de la vida de los hijos. Sin embargo, ser padrastro o madrastra no es lo mismo que ser padres, por lo que usualmente es un tema que genera gran confusión.
Independientemente de las situaciones específicas de cada familia, lo importante es que una buena relación con los hijos de la pareja requiere de tiempo y paciencia.
La figura del padrastro o la madrastra siempre se ha asociado con personas malas, dedicadas a hacer sufrir a los hijos de su pareja por el mero hecho de tener unas pretensiones egoístas y un tanto malvadas. Es la imagen que nos muestran los cuentos infantiles y que algunos podemos haber llegado a tener en nuestra cabeza en algún momento. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.
Hoy en día, ser padrastro o madrastra es algo habitual. Cada vez son más las personas que se casan en segundas nupcias y aportan hijos de anteriores relaciones al nuevo matrimonio. Resulta de lo más corriente la convivencia entre padrastros y hermanastros y nada tiene que ver con la que nos contaban en los cuentos infantiles.
La relación entre un futuro padrastro y los hijos de su novia comienza, por lo general, antes de que se conviertan oficialmente en familia. Por lo tanto, mientras dura el noviazgo se conocen, se relacionan y es ahí que pueden sentar ciertas bases del que será el futuro comportamiento de unos con otros.
He aquí algunas sugerencias para cumplir un mejor rol:
Nunca pongas entre la espada y la pared a tu pareja
Al fin y al cabo, si te conviertes en su padrastro vas a formar parte de su familia y eso es una unidad. Hazles partícipes de tus hobbies y tus decisiones y una de ellas es el casarte con tu novia, es decir, su madre. Si son adolescentes hasta puedes pedirles su colaboración en la organización del enlace. Organiza planes para toda la familia, salidas en grupos para estrechar lazos y para que vean que son familia, diferente a la que tenían, pero una familia, al fin y al cabo.
No adoptes el rol de padre. Eso sería un error, especialmente si el suyo no ha fallecido y mantienen una relación con él. Las comparaciones y discusiones serían continuadas. Has de saber cuál es tu espacio y que su padre seguirá siéndolo. Tú eres la pareja de su madre y como tal estás para apoyarla a ella, pero no para ejercer de padre. Para eso está el suyo.
Tener paciencia: Cuando esperes que tu nuevo hijastro responda a tu cuidado, afecto y amor. A menudo, el niño está profundamente herido por las circunstancias que involucran a su padre biológico y la ruptura de su unidad familiar original. Para muchos, iniciar una relación nueva es amenazador. El tiempo es el mejor sanador, pero también lo es mantenerse activamente positivo y apoyarle cuando estés en presencia del niño.
Pasa tiempo con tu hijastro
Pasa tiempo con tu hijastro en sus actividades. Ayudarlo con los trabajos del colegio y asistir a los eventos deportivos o clubes en los que participe le demostrará que estás dispuesto, interesado en apoyar sus esfuerzos. Cuanto más involucrado estés, más pronto te aceptará el niño en tu papel de papá alternativo y estará agradecido de que formes parte de su vida.
Equilibrar el tiempo
Equilibra el tiempo y los regalos que les das a tus propios hijos con lo que le das a tu hijastro. Tanto tus propios hijos como tu hijastro son ahora parte de tu familia. Evita los favoritismos bajo cualquier circunstancia; cada niño debe ser tratado igual y ningún niño merece ser marginado. Es muy importante que nunca trates a tu hijastro como si no mereciera tu tiempo o afecto solo porque no es tu hijo biológico.
Invita a tu hijastro a participar de tus propias actividades.
Alguna actividad como pasatiempos en la que sea apropiado, lleva contigo a tu hijastro. No solo el niño podrá ver lo que disfrutas, sino que le darás un descanso a su madre. Por otro lado, nunca obligues al niño a hacer lo que le has pedido (si no muestra una inclinación o interés no lo fuerces). Dado el tiempo y tu entusiasmo, el niño podría decidir intentarlo. Pero si resulta no interesarse nunca, entonces ese es solo un reflejo de sus intereses, no de lo que siente por ti. Obligar al niño a hacer cosas que detesta solo por intentar probar que son amigos será contraproducente. En su lugar, sigue buscando terreno común hasta que encuentres una actividad que el niño quiera compartir contigo.
No dejes que la idea de querer ser un mejor amigo nuble tu juicio.
Si un niño quiere hacer algo peligroso o que su madre desapruebe, nunca le digas que sí al niño sin la aprobación de su madre. Nunca le pidas al niño que vaya a algún sitio o que haga algo sin preguntarle primero a su madre.
Presta atención a lo que es genial sobre ellos y hazte el hábito de alardear de tus hijastros de la misma manera que lo haces con los tuyos. No te propongas específicamente hacerlo frente a ellos. Si adquieres el hábito, ellos lo recibirán a través de cómo los trate la gente nueva y al final te escucharán, porque no te darás cuenta de que lo escuchan. Ayudas a desarrollar su confianza en la vida.
Las pequeñas recompensas que son igualmente consideradas resultan todavía más poderosas para ganarse el afecto de un niño. Cuando aprecias sus logros con algo tangible, sabrás exactamente que les gusta porque les prestaste atención, haces surgir lo mejor en el niño. Refuerza su buena conducta con más fuerza que cualquier castigo, comunica que eres justo y que piensas bien de ellos. Los niños realmente se interesan en lo justo. Recompensarlos con halagos y agradeciéndoles cuando hacen algo por ti les muestra que eres un buen hombre. Sabes lo que es bueno y lo haces, das el ejemplo.
Son importantes los roles del padrastro y madrastra, en ocasiones llegan a ser personas importantes en la vida de sus hijastros, logrando un vínculo fuerte lleno de mucho cariño, para que sea de esta manera se necesita la paciencia y predisposición, para ser aceptados como miembros de su familia, es verdad que muchas veces los hijastros no colaboran, no los aceptan por ello tienen ciertas conductas inapropiadas que en muchos casos causan problemas en la pareja, pero se puede sobrellevar con las sugerencias expresadas, ser consientes de la situación desde el inicio y como adultos entender que tanto los niños como adolescentes les cuesta expresar sus emociones, que necesitan tiempo para adaptarse a la nueva estructura familiar y paciencia para lograr que los vínculos se establezcan adecuadamente. Además, una buena dosis de amor y cariño también es necesaria y de seguro será de gran ayuda. Buscar alternativas de comunicación, nunca reaccionar de forma negativa explotar o maltratar ya sea verbal, psicológicamente ni físicamente ya que la violencia no es correctiva, solo causará muchos más conflictos en la familia y, sobre todo, dolor en sus hijastros. Si con todo lo referido aún no pueden mantener una relación positiva entre los hijastros es importante buscar el apoyo necesario y asistencia psicológica.
Yackieline Rodríguez Torrez
Psicóloga Familiar
Terapias Online 77218009