Un perfeccionista de las letras
El invitado que engalana Cvltvral este domingo es un reconocido escritor, novelista y guionista de cine que tiene en su haber películas como “Hospital Obrero”, “Sirena” o la hilarante “Sena Quina”. Entre sus aclamadas novelas destacan Cuando Sara Chura Despierte, Illimani Púrpura o la más reciente, Manubiduyepe. Ante la consulta sobre si un escritor nace o se hace sorprendió su aseveración “me imagino que el escritor siempre se está haciendo”, para Juan Pablo, el escritor está delineando su carrera constantemente. En esta nota exclusiva conocemos más de este enorme personaje de las letras. Sean todos bienvenidos al show.
¿Con qué frase literaria te identificas a pleno?
Me sucede algo que, con el tiempo, entendí que no era muy anormal: siendo escritor de narrativa, mi principal interés de lectura es la poesía. Creo que es más común del otro modo. Conozco grandes poetas que son muy buenos lectores de narrativa. Todo esto para decir que, más que con frases, me identificó a pleno con ciertos poemas. Aunque si elegimos una frase podría citar a Fernando Pessoa: “El viaje es el viajero. Lo que vemos no es lo que vemos, es lo que somos”.
¿A cuándo tenemos que remontarnos para hablar del primer libro que tuviste entre manos?
Me imagino que a los años más remotos de mi existencia. Seguramente que, como todo niño, el primer libro que tuve entre mis manos no necesariamente me sirvió para leer, sino para recortar o pintar (aunque no haya sido ese su uso principal).
¿Qué autor ha despertado tu amor por las letras?
El amor por las letras puede ser igual o más complejo que cualquier otra clase de amor. A lo que me refiero es que puede despertarse y dormirse muchas veces. Los primeros libros que recuerdo con gusto son La isla del Tesoro de Stevenson o uno que se llamaba Secesión de Proción de un autor francés cuyo nombre siempre se me escapa. En la adolescencia Borges me despertó un gran placer por la lectura y cuando murió ese placer, estaba ahí Vallejo listo para entablar una relación más duradera.
¿El escritor se hace o en definitiva
se nace con un don?
Esa es una de las típicas preguntas simplificadoras que a uno le hacen constantemente, pero que no son tan fáciles de responder. Lo que podría decir es que, aún habiendo publicado varios libros, todavía cuando miro al espejo no veo un escritor. Así que me imagino que el escritor siempre se está haciendo.
¿Qué cosas te inspiran a la hora de escribir?
Esa es otra de esas preguntas capciosas que creo que no llevan a ninguna parte. Por lo menos yo no puedo responderla. Sobre todo, porque muchas de las cosas de las que uno escribe tal vez no vienen de la mano de la inspiración, sino del dolor y de la cruda aceptación de la “realidad” que nos ofrece este mundo.
¿Qué autores te han ayudado como inspiración
a delinear tu camino como escritor?
Como te decía anteriormente, el camino literario es complejo y, además, está inscrito en las llagas que provoca el tiempo con su paso. Quizás los autores cuyos libros no salen de la cabecera con los años podrían entrar en ese grupo. Para mencionar algunos puedo citar a: Kafka, Melville, Joyce, Pessoa, Guimaraes Rosa, Vallejo, Pizarnik, Vilariño, Saenz, Bascopé, Wiethüchter, Urzagasti o Camargo.
Tienes en tu haber ya varias publicaciones ¿Qué evolución conceptual consideras que has tenido a lo largo de tu carrera?
Uno siempre está tentado a responder este tipo de preguntas, cuando está claro que no le corresponden a un autor. Es decir que a quien le corresponde responderlas es al lector. En todo caso creo que la evolución conceptual no es un interés de mi escritura, sino la evolución estética. Pero eso lo determinará el lector.
Por ser tu obra prima y elegida como uno de los 200 libros fundamentales de Bolivia en la Biblioteca del Bicentenario ¿Cuando Sara Chura despierte tiene un lugar preferencial en tu corazón?
Sara Chura para mí siempre será un regalo cuyo remitente trato de identificar con los años. Por lo mismo tiene un valor inestimable, aunque nunca más lo haya vuelto a leer. El momento que se publica una novela deja de pertenecer al autor y sigue su camino. Sara Chura tiene un camino lleno de sol, porque a través de sus varias ediciones ha llegado a muchos lectores y además ha sido incluido en la lista de libros de la Biblioteca del Bicentenario. Honor que lastimosamente terminará siendo solo simbólico porque creo que desde el año pasado están empeñados en destruir el único proyecto editorial importante que ha surgido del Estado en la historia.
Sobre tu más reciente libro Manubiduyepe
¿Qué tipo de obra procuraste proponer esta vez?
Durante algunos años tuve la suerte de tener como residencia principal la ciudad de Cobija en el corazón de la Amazonia boliviana. Todo este tiempo me generó una gran cantidad de interrogantes e inquietudes de todo orden. Esta novela es un intento de darle una horma narrativa a todo este espectro de sensaciones. Por lo mismo es una narración múltiple apuntalada en el lenguaje y en la estructura que propone, donde el paisaje selvático se impone como fantasma primordial.
En tu incursión en el cine como guionista y productor
¿Qué ha sido lo más satisfactorio?
Por la cantidad de ediciones que tienen algunos de mis libros uno podría pensar que puedo vivir de la literatura. Nada más alejado de la realidad, es muy difícil vivir de esto. No me quejo, me parece bien que escribir no sirva para tener una estabilidad económica. En ese sentido, el cine ha sido por años mi oficio principal y le estoy muy agradecido. Lo más satisfactorio ha sido enfrentar proyectos descomunales de manera colectiva. He tenido la suerte de trabajar con directores como Paolo Agazzi, Germán Monje, Carlos Piñeiro y Kiro Russo, lo que implica trabajar con mucha más gente. Además, todo lo que he aprendido gracias a todas estas personas me ha abierto las puertas para la docencia, que es una actividad que me genera mucha paz y en la que estoy obligado siempre a seguir aprendiendo.
¿Has podido aprovechar este pandémico tiempo para poder urdir ideas de escritos nuevos a publicar en un futuro no tan lejano?
Lo bueno y lo malo es que no sabemos cuánto tiempo durará este pandémico tiempo, tal vez nunca muera del todo. Por lo mismo hasta ahora han pasado muchas cosas. En una primera fase he podido encontrar la calma para hacer la última versión de Manubiduyepe y publicarla. Este año estoy escribiendo una novela burocrática que se llama Las piedras preciosas, aunque no sé cuál será el tiempo que este nuevo libro demande para su publicación.
Gracias Álvaro por tu entrevista. La disfruté mucho y aprovecho la oportunidad de felicitarte por el nuevo impulso que le estás dando a la sección cultural de tu periódico. Sobre todo ahora que se ha perdido muchos espacios que se habían ganado con años de trabajo de muchas personas.
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