Es muy importante que toda la colectividad se mantenga en perfectas condiciones para continuar la guerra contra el coronavirus. Una de esas formas es manteniendo fuerte el espíritu y no permitiéndose desmayos ni desalientos; otro medio es continuar con las previsiones y cuidados señalados por las autoridades de salud y quienes hayan recibido una dosis, o las dos en su caso, no creer que están libres de contagiarse nuevamente. Según los estudios, los ya vacunados pueden volver a contraer la enfermedad porque la vacuna previene, evita la gravedad del mal.
Adquiere singular importancia que la población haga partícipe de sus angustias y preocupaciones a parientes, amigos y vecinos de la comunidad para que ellos se cuiden e inciten a los incrédulos a tomar las precauciones necesarias para evitar ingreso al ejército de contagiados y, en casos, correr el riesgo de morir. No cuidarse es auto condenarse a la muerte o, si sana, quedar debilitado de los pulmones.
Está probado por los científicos que el coronavirus aún permanecerá en el planeta durante mucho tiempo y si amaina su gravedad, será por poco tiempo y retornar luego. Algunas añejas experiencias que se conoce por escritos, señalan que siempre se tarda en superar una pandemia y que la presente será vencida en el mediano plazo; pero se olvida que entre todas las habidas a través de muchos siglos, la presente –como coronavirus– es única o por primera vez y ello debe ser incitación para los mayores cuidados, especialmente en niños y personas mayores.
Ahora, si hay posibilidad inmediata de vacunarse, hay que hacerlo sin temor ni prejuicio alguno. Quienes han recibido una o las dos dosis, informan que no sintieron reacción o, en algún caso, fue aislada, como dolor de cabeza con duración de minutos. Personas vacunadas dicen también que no sintieron afectación alguna pese a padecer de diabetes, reumatismos, artritis y gripes crónicas. Hay que estar seguros de que los laboratorios fabricantes han estudiado las posibles reacciones y han subsanado todo lo que podría causar molestias; estudiaron lo que podría sobrevenir en caso de fallas en la fabricación y, si ello fuese realidad, no podrían seguir ofreciendo al mundo su producto que, está probado, dio excelentes resultados.
Finalmente, es preciso descartar la posibilidad de que cualquiera de las vacunas vaya a curar la enfermedad; ello no es posible porque toda vacuna previene, evita la acción del virus y solo es conveniente para las personas sanas. Los enfermos deben mantener la esperanza y seguridad de que siguiendo los tratamientos prescritos, podrán sanar y esperar la ingestión de medicamentos cuando hayan sido puestos a disposición de las ciencias médicas.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |