Créditos no disponibles en poder del Legislativo

Como todos los países pobres, cuyos ingresos no alcanzan para cubrir sus presupuestos, estamos en situación de prestarnos del Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y otros organismos de crédito; cuando las “necesidades aprietan”, recurrimos a la banca comercial (siempre dispuesta a prestar a los pobres) y acumulamos deudas que, muchas veces, se hacen difíciles de honrar; dadas las presiones, contraemos nuevos créditos en la vastedad de ofertas habidas en el mundo porque bien se dice “la banca siempre gana y tanto cuanto se le pide, endeuda más a un mundo muy necesitado porque así gana más”. Formas y medios para encadenarnos a deudas son incontables y, cuando no se paga, “se renegocia lo adeudado por intereses y se lo convierte en capital que luego, muy luego, también genera utilidades para el prestamista”.

Conforme a determinaciones de la Constitución, todo crédito otorgado al país debe ser aprobado por el Poder Legislativo que, en la mayoría de los casos, se convierte en freno porque impide que los trámites se agiliten y, consecuentemente, los destinos fijados para ese dinero se atrasen, se posponen o postergan; pero, mientras haya “estancamiento” de ese dinero, hay que pagar intereses por el tiempo que sea preciso. Así, el país se convierte, otra vez, en mayor deudor. Estas figuras son contrarias a los intereses del país y nadie entiende cómo el Poder Legislativo puede retener la aprobación de créditos de fácil trámite.

¿Qué pasa con el celo de nuestros legisladores? ¿O es que, por principio, tienen la idea de que todo lo que proviene de otro poder, contiene su “poquito” de corrupción y las investigaciones deben durar hasta las “calendas griegas”?

¿Qué hacen las respectivas comisiones que no emiten los informes en el menor tiempo? Y, si hay observaciones, ¿por qué no se las hace y se enmienda lo necesario?

Por otra parte, es necesario e importante que el Legislativo publique detalles pormenorizados de los créditos que cursan en él; además, saber qué destino han tenido los anteriormente aprobados. Es de capital importancia contar permanentemente con información pormenorizada sobre ingresos y, con mayor premura, saber a quiénes y cuánto les debemos. Finalmente, se conviene en que todo control es necesario, pero exagerar no es conveniente, hasta por el hecho de que implica intereses y otros gastos que habría que evitar.