Un enamorado irremediable de la música
El invitado de lujo hoy en Cvltvral es un y virtuoso músico nacido en La Paz. Cursó sus estudios de composición y dirección orquestal en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata en Argentina donde egresó como Profesor en Armonía, Contrapunto y Morfología Musical y como Licenciado en Música… casi nada. Es uno de los referentes musicales de nuestro país y en esta exclusiva conocemos más de él, sean todos bienvenidos al show.
¿Con qué frase de la literatura
te identificas a pleno?
No tengo una memoria que recuerde frases célebres de los libros que leo. Pero recuerdo que una vez quedó en mí una frase del Dante que leí en la Divina Comedia: “De una pequeña chispa puede prender una llama…” (Dante Aligheri)
¿En qué momento de tu vida descubres
tu pasión por los pentagramas?
Fue un descubrimiento paulatino y un enamoramiento paulatino, hasta que te das cuenta que estás irremediablemente atrapado. Como en el amor, aunque hay amores que son inmediatos pues no tienen tiempo de ser paulatinos. En mi caso fue paulatino, pero a medida que la fui conociendo más (a la música) fui quedando atrapado hasta que me di cuenta que le debía dedicar mi vida. Esto ocurrió como a los 18 años.
¿Cuál es el efecto que la música causa en tu alma?
Es muy difícil de contestar porque no siempre es el mismo, depende mucho de las circunstancias. A veces es un refugio, cuando sientes que el mundo te apabulla y te agrede, la música es tu isla de salvación; en otras ocasionas te consuela, si estás triste; también te puede llevar a un mundo de fantasía y convertir tus sueños en realidad. Otras, te acompaña, en tu tristeza, en tu alegría, en tu desesperación, según. Pero siempre la tienes allí, ella no te deja, en todo caso tú eres quien es capaz de dejarla, nunca al revés.
¿Cuál es tu mayor virtud
como músico compositor?
Difícil decirlo, uno identifica con más facilidad sus defectos que virtudes. Sin embargo, a riesgo de equivocarme, te puedo decir que siento que la honestidad es una de ellas, trato de ser honesto, al menos conmigo mismo, y de escribir cuando siento que debo hacerlo. Creo que la música es uno de esos espacios del alma en que resulta imposible la mentira. Otra probable de mis virtudes como compositor es que trabajo mucho, tengo gran capacidad de trabajo. Puedo estar horas sentado frente a mi máquina resolviendo un problema en una cierta obra y lo hago con gran seriedad.
¿Qué grandes maestros han influenciado
tu devenir profesional musical y aún lo hacen?
Es inevitable tener referentes, modelos en los que esperarías convertirte o imitar, pero van por épocas. Algunos permanecen toda la vida, son los imprescindibles. Mi vida musical empezó con Beethoven y su Quinta Sinfonía, fue un descubrimiento a mis 13 años. Luego vino Bach y la Pasión según San Mateo y al mismo tiempo la Segunda Sinfonía de Mahler. Tenía 17. Ya estudiando música en la Universidad de La Plata, llegó a mí la música contemporánea, descubrí que la disonancia no era tan terrible como me imaginaba y me enamoré de ella. Descubrí la música de Schoenberg (atonal) y de Stravinsky (fue vital en mi vida La Consagración de la Primavera, era una locura). Más adelante llegó Stockhausen y Ligeti. La música de este rumano genial, me impactó mucho más. También la música del francés Olivier Messiaen fue importante en mi vida, al mismo tiempo muy modera y religiosa, profundamente espiritual. Finalmente cito a Alfre Schnittke, compositor ruso que murió en 1998 y estaba tan loco que pudo mezclar la música de microtonos con el tango y el concierto barroco. Hay más, pero esta podría ser una lista esencial.
Has sido invitado como compositor al Festival
Encuentros de Buenos Aires ¿Qué buscas expresar
mediante tus composiciones?
Fui uno de los pocos compositores en el mundo al que el Festival Internacional Encuentros de Buenos Aires lo invitó tres veces, fue un privilegio. Se trata de uno de los festivales de música contemporánea más antiguos de América, creado por la Maestra Alicia Terzian, una de las compositoras más importantes del continente. Un festival con más de 50 años de vida, por el que han pasado las figuras más destacadas del panorama internacional de la música actual. Y es en realidad a la Maestra a quien guardo un profundo agradecimiento, puesto que fue ella y su festival, la que me permitió insertarme musicalmente en el panorama internacional. En 1995 el grupo Encuentros, que ella también dirige, estrenó por encargo, Astrid para voz de soprano y ensamble instrumental. Luego en 2003, llegó la Sonata para Percusión y Piano, dedicada al dúo francés de Thierry Miroglio y Ancuza Aprodu, uno de los dúos más importantes del mundo que gracias a este festival se convirtieron en grandes amigos míos. Finalmente, en 2004, la tercera y última vez en este festival, llegaron Los Últimos Cantos del Verano para clarinete, viloncello y piano, escrito por encargo del Trío Aedon de Italia, a quienes la Maestra me recomendó. Estos tres momentos en Encuentros se lo debo a la maestra Terzian, gracias a ella pude conocer una cantidad de artistas y músicos de todo el mundo, que, con el tiempo, generaron nuevas invitaciones, viajes y proyectos de creación. Como todo creador lo que mi música busca es simplemente encontrar un oyente que desee compartir conmigo mis aventuras. No pretendo gustar o ser comprendido por el mundo, sino tan solo tocar el corazón de aquellos hombres o mujeres sensibles a quienes mi música sea capaz de susurrarles algo en el oído.
¿Cuán importante es el ensamble Petra en tu vida artística?
Es muy importante. Pero yo añadiría a la lista al Ensamble Contemporáneo Taky y probablemente al Ensamble Curucusí, aunque este último quedó más como una promesa que como algo concretado. Petra nació el año 2003 en el seno de la Universidad Loyola, donde años antes yo había fundado la Carrera de Música, pionera dentro de las universidades privadas, luego de las 2 experiencias previas de la Católica. Petra intentaba zanjar esa diferencia, que para mí era terrible, entre el compositor y el intérprete. Por mis experiencias previas, especialmente los de la década anterior, en lo que creamos los Festivales Bolivianos de Música Contemporánea, el gran problema era la indiferencia y el poco interés de los instrumentistas clásicos por tocar obras nuevas. Petra fue una de las soluciones: inventar un ensamble de compositores-intérpretes, en el que cada obra compuesta especialmente, tendría la garantía de una interpretación cuidada, trabajada en todos sus detalles. Petra fue un laboratorio de creación musical para mí y mis alumnos de entonces, con quienes tocamos, viajamos y experimentamos en todo el sentido del término, con un instrumental que iba desde los instrumentos nativos hasta el uso de recursos electrónicos. A finales del 2008, llegó Taky en el que incluimos intérpretes jóvenes de gran talento y, sobre todo, interesados en tocar música contemporánea. Fuimos creadores de Taky la mezzosoprano Sofía Ayala, la pianista Mi In Chon y yo. Taky abordó todo el repertorio internacional de la música contemporánea, desde Stockhausen a Arvo Pärt, pero especialmente autores latinoamericanos y bolivianos. Taky se presentó en Perú, Italia, Alemania, Rumania, Suecia, Francia, España y en las principales ciudades de Bolivia. Finalmente, el Ensamble Curucusí de Santa Cruz, fue una ilusión que no se concretó para mí y mi idea musical. Creado junto a la querida Giovanna Montaño, lo presentamos con gran éxito en La Paz, Santa Cruz y en la gira con el Coro Arte Canto por Europa el año 2019 (Francia, España, Holanda, Alemania e Italia). Lamentablemente, terminó más bien siendo un grupo de apoyo al coro y no logró hacer vida independiente como a mí me hubiera gustado.
¿Qué proyectos importantes tienes en agenda
para este 2021 a medida que la pandemia lo permita?
La pandemia ha hecho que todos nuestros planes sean relativos. Tengo planeados tres conciertos con orquesta sinfónica, el primero iba a ser para las fiestas de Tarija, pero tuvo que suspenderse por falta de presupuesto, íbamos a tener como solista a Marianela Aparicio tocando en Concierto N° 2 para piano de Rachmaninoff. El otro concierto debería ser en julio en La Paz por las fiestas paceñas. Con la misma orquesta, que es una orquesta nacional con jóvenes de todo el país, tocando como obra central en Concierto para Piano N° 1 de Tchaikovsky con Daniel Álvarez Veizaga que llegará de Alemania y el otro está programado para octubre (misma orquesta) tocando un concierto para piano aún no determinado con Mauricio Silva que debe llegar desde Polonia. Todo es incierto por la pandemia. Los presupuestos siempre están pendientes. También habíamos programado 2 conciertos sinfónico corales con el Coro Impera y solistas nacionales, una obra del gran repertorio hacia agosto o septiembre y el Mesías de Haendel para Navidad. Con la red de compositores electroacústicos que venimos desarrollando, hemos planeado varias actividades virtuales en torno a esta música. También tengo planeado un gran evento con cantantes líricos (por ahora esta información es reservada) y probablemente algún otro concierto virtual con obras mías. Como compositor tengo planeado retomar la composición de mi ópera y algunos encargos menores para solistas y grupos extranjeros. Bueno, hay mucho por hacer. Finalmente, estoy trabajando en la segunda edición de mi libro Avatares de la Música Contemporánea en Bolivia, tendría que tenerlo listo durante este primer semestre.
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