La historia se repite

Desde el juramento de los nuevos gobernadores, alcaldes, consejeros y concejales, se está haciendo patente la misma tónica de enfrentamiento y pugnacidad entre partidos. Al fin y al cabo, estas son las pautas que han marcado el horizonte de nuestra política, muy destacadamente en los últimos quince años. Ni en el seno de los gobiernos locales rurales y provinciales de amplia o total hegemonía del MAS, ha reinado la armonía. Un dato evidente ha sido –esperamos que no siga— el acoso y hasta agresión física sufridos por las mujeres concejalas a manos de sus pares varones. He ahí explícito el machismo, pese a que féminas y varones pertenecían al partido de gobierno.

Ya estamos viendo algunos adelantos aderezados inclusive con algunas inconsecuencias entre aliados electorales. En Santa Cruz el flamante alcalde Johnny Fernández es acusado de haber negociado el 60% de la planta administrativa municipal para el MAS. Observamos también la ruptura prematura de los que hasta ser elegidos eran aliados. Un caso patético es el del Gobernador de La Paz, Santos Quispe, quien se alejó del partido Jallalla inmediatamente después de recibir su credencial de Gobernador. Ahora esta agrupación ciudadana con sede en El Alto, lo incrimina porque la esposa de Santos “aparece” como consejera, en obvio nepotismo. Este desaguisado no parece ser único en el historial del país y hechos de cierta similitud hemos visto repetidamente. La alternativa justa no puede ser otra que uno de los cónyuges renuncie a su cargo.

La ingobernabilidad ya ha impreso sus primeras hojas. De este flagelo de saboteo y colocación de obstáculos a las gestiones político-administrativas no hay alguna que se exceptúe en muchos años a la redonda. El nuevo alcalde paceño, Iván Arias, no solo está acosado por la fiscalía y la Justicia por faltas forzadas, mientras el panorama se le presente negro. El mismo día de su posesión fueron tomadas las sub alcaldías de Cotahuma y Periférica. Los grupos beligerantes exigen que los vecinos (es decir los mismos grupos) designen tales sub alcaldes. Esta atribución es del alcalde. En el momento de la redacción de esta nota la actitud ha debido ser imitada en otras zonas de La Paz. Presenciamos de nuevo los efectos del empoderamiento que el Gobierno central y los propios alcaldes precedentes otorgaron a los dirigentes barriales. Es, además, el estilo político y demagógico que al MAS le vale su popularidad.

Pero mientras desde abajo el partido de gobierno siembra cizaña contra Arias, ha de tropezar con escollos su desempeño del mando supremo. El presidente Arce ha reiterado que trabajará con y para las autoridades afines en exclusiva. Esta receta rige para la totalidad de las autoridades opositoras. Así las cosas, habría sido más cuerdo que algunos de los elegidos no masistas hubieran reservado su postulación para otra ocasión, pues los departamentos y municipios a su cago cargarán los perjuicios y la postergación determinados por los altos niveles. Parecida es la situación del señor Manfred Reyes Villa, burgomaestre de Cochabamba, sobre quien de antiguo pesan sendas causas penales promovidas por sus enemigos políticos. El gobernador cruceño Luis Fernando Camacho dará batalla, pero…