Contrato “Speyer” para la construcción de ferrocarriles

II

Las obligaciones del Gobierno consistían, pues, en el aporte de libras 2.500,000 para la compra de bonos de segunda hipoteca sobre los ferrocarriles, y la entrega de £ 5,000 mensuales, o sea £ 60,000 para responder a la garantía de los bonos de primera hipoteca en el caso de que los ferrocarriles no alcanzasen a dar un rendimiento del 5 por 100.

Al cabo de los 25 años, la primera suma debería ser devuelta al Gobierno por la compañía constructora; suma con la que aquél podría impulsar la construcción de nuevas líneas.

LA PUBLICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL CONTRATO

El Gobierno, por razones que tendría, había acordado que este contrato permaneciese reservado, probablemente hasta la instalación de las cámaras legislativas. Mas, el día menos pensado, lo publicó íntegro un periódico de Arequipa, siendo en seguida trascrito en “El Comercio de Bolivia”, de La Paz.

Alarmado el Presidente por esta publicación prematura, destituyó de su cargo al notario de hacienda de La Paz, por haber sido él quien facilitó una copia del contrato.

El 4 de julio del mismo año 1906 se inauguró en Oruro, en acto solemne y con la concurrencia del Gobierno y del Ejército, el trabajo de construcción del ferrocarril de aquella ciudad a Viacha, Cochabamba y Potosí.

EL CONGRESO APRUEBA EL CONTRATO

El Congreso nacional, por ley de 27 de noviembre de 1906 aprobó el contrato de 21 de mayo, y por otra ley de igual fecha de 1908, aprobó también Las modificaciones propuestas al primer contrato, en la siguiente forma

Se suprimieron las líneas ideadas de Oruro a Potosí y de Potosí a Tupiza por Caiza y Cotagaita, sustituyéndose esta última línea por otra que debía partir de Uyuni y llegar a Tupiza. En cambio de la directa entre Oruro y Potosí se incluyó una que partiendo de un punto adecuado de la línea de Oruro a Uyuni (Río Mulatos) fuera hasta Potosí.

Finalmente, para conectar todos los tramos de esta nueva red, la empresa del ferrocarril de Antofagasta se obligó a cambiar de trocha la línea entre Oruro y Uyuni.

LA TRANSFERENCIA DE LA CONCESIÓN

Los primitivos concesionarios National City Bank y Speyer Co., haciendo uso de la facultad que tenían para construir y explotar los ferrocarriles por sí solos o por intermedio de compañía o compañías que desearan formar en la República o en el exterior, procedieron a la organización de una compañía denominada Bolivia Railway Co., en la ciudad de Hartfort, Estado de Conecticud, Estados Unidos de Norte América, a la que transfirieron la concesión con todos sus derechos y obligaciones. El Gobierno boliviano autorizó esta transferencia por resolución de 30 de noviembre de 1906.

El 27 de febrero de 1917 se otorgó la escritura de transferencia, y la Bolivia Railway se organizó con un capital de $ 10,000,000, habiendo sido suscritos y pagados $ 3,500 en efectivo, como importe de 35 acciones. El saldo de $ 9.996,500, representado por 99,965 acciones de $ 100 cada una, fue entregado a los primitivos concesionarios.

LA CONTRUCCIÓN DE LAS LINEAS

Las líneas construidas en virtud del contrato de 22 de mayo de 1906, el recorrido, la fecha de su entrega al público y el costo de construcción son las siguientes:

Viacha - Oruro: 202 kilómetros se estrenó el 1 de agosto de 1908. Costo $ 5.932,037.

Oruro - Cochabamba: 205, estrenada al servicio público el 15 de mayo de 1912. Costo $ 8.552,028

Uyuni - Atocha, 90 kilómetros.

Viacha, La Paz, 37 kilómetros. Las líneas Oruro - Viacha, Oruro - Cochabamba y Río Mulatos - Potosí, fueron construidas por “The South American Construction Co.” y la de Uyuni - Atocha por “The Antofagasta (Chili) y Bolivia Railway Co.”.

N. de R.- Como era de esperarse, el “Contrato Speyer” fue durante atacado en el Congreso por los partidos opositores al Gobierno, destacándose las brillantes exposiciones de Daniel Salamanca. En el mismo seno del partido liberal se levantaron voces de protesta contra dicho contrato. Basta recordar los valientes artículos escritos por Félix Avelino Aramayo, del prestigioso historiador Adolfo Costa Durels, en los que se afirmaba proféticamente:

“en síntesis Bolivia nunca recuperaría su capital de libras 2.500.000 quedando los ferrocarriles reatados a la primera hipoteca….”

“La manera cómo esta negociación ha sido conducida revela una audacia y una ceguera propios de quienes no comprendían su gravedad… Alguien recorrerá estas líneas y se sorprenderá de que se haya sacrificado la nacionalidad…”.

EL DIARIO, 22 de mayo de 1926.

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