El próximo 28 de mayo el pueblo de Cochabamba conmemorará, junto con la rememoración de la Batalla de la Coronilla, el fusilamiento y descuartizamiento del protomártir de la independencia Mariano Antezana, quien, junto con otros diez patriotas, fue ejecutado por orden del tirano José Manuel de Goyeneche, a tiempo que las tropas realistas, que llegaban al número de cinco mil, ingresaron a la ciudad, declarada botín de guerra, y la sometieron a saqueo de tres días.
La Batalla de la Coronilla fue la culminación de la Segunda Revolución Libertaria de Cochabamba que empezó el 29 de octubre de 1811, la misma que se caracterizó por las radicales transformaciones económicas y políticas que fue introduciendo el gobierno de la Junta patriótica, establecida por el pueblo y encabezada por notables personajes de esa localidad, ente ellos Mariano Antezana, quien fue elegido como el primer Prefecto de la historia de Bolivia, cargo que hasta entonces se conocía como Gobernación.
Esa revolución alcanzó un nivel político más avanzado que otras de la época, pues a diferencia de la consigna “Viva Fernando VII”, se produjo al grito de “Viva la Patria, muera el rey”, lo cual motivó que Goyeneche, que se encontraba en Potosí, listo para invadir Argentina, retrocediese a Cochabamba con el fin de escarmentar de manera ejemplar a los rebeldes y restaurar el dominio colonial español en América.
Después del desastre de Esteban Arze en Quehuiñal, Goyeneche llegó a Cochabamba, pero se encontró con la resistencia de la colina de San Sebastián (la Coronilla) ocupada por unos 300 hombres y mujeres, encabezados por el prefecto Mariano Antezana, quien en medio del combate ordenó la retirada, frente al asalto sanguinario de cinco mil soldados realistas sedientos de sangre y robo, cumpliendo la oferta de Goyeneche de que eran “dueños de vidas y haciendas”.
Producida la derrota de los patriotas, el prefecto Antezana se refugió en el convento de la Recoleta, pero allí fue encontrado por los agentes de Goyeneche y luego llevado a su presencia en un vía crucis indescriptible. Enseguida, el jefe realista intentó convencer a Antezana para que abjurase de su posición a favor de la Patria y contra el rey, pero éste le respondió con energía: “Viva la Patria, muera el rey”. Tal respuesta enardeció al arequipeño y ordenó el inmediato fusilamiento del patriota en un muro levantado junto a la acera este de la plaza central (hoy 14 de septiembre) y enseguida su decapitación, instruyendo que la cabeza fuese clavada en una pica y su cuerpo arrastrado hasta la colina de San Sebastián para ser expuesto en cruz.
En esa forma, pese a haber podido salvar la vida, el patriota cochabambino ofrendó su vida para permitir el nacimiento de la Patria, hoy Bolivia. Enseguida Goyeneche retornó a Potosí y al ver fracasado su plan de invadir Argentina, por haber tenido que dedicar sus esfuerzos a sofocar la Segunda Revolución de Cochabamba, renunció a sus funciones, lo cual determinó el fracaso de la restauración del régimen colonial español, la independencia del Alto Perú, Argentina y otros países americanos.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Miguel Lazo de la Vega |
Ernesto Murillo Estrada |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |