Las enfermedades más frecuentes por alimentos contaminados son: diarrea, hepatitis A (virus), gastroenteritis; otras por causas parasitarias y bacterias: fiebre tifoidea y salmonelosis; amibiasis y cólera.
Las infecciones que no son tratadas de manera oportuna y adecuada, pueden ocasionar la muerte del enfermo.
Se mantienen vigentes las normas de control (Ordenanzas municipales ya señaladas que reflejan las recomendaciones contenidas en el Codex Alimentarius - Publicación de la Comisión del Codex Alimentarius, de la Secretaría del Programa Conjunto FAO/OMS sobre Normas Alimentarias- y otras disposiciones legales), pero no son suficientes para un control más efectivo y eficiente y urge una mayor coordinación para los controles entre todas las entidades encargadas y la población en general, ésta debe ampliar sus conocimientos de normas de higiene e incorporarlas definitivamente a sus hábitos cotidianos; y dejar de aceptar las contravenciones de las normas y no ser permisiva.
INLASA es el laboratorio principal en los trabajos de control en: 1) Laboratorios microbiológicos, 2) Laboratorio físico químico, 3) Toxicología y 4) Laboratorios de nutrición. Todos son componentes importantes para tomar decisiones y realizar el control de alimentos. Además, INLASA autoriza o no a otros laboratorios que quieran sumarse a estas tareas, sobre la base del cumplimiento de requisitos diversos y normas.
Las vendedoras encuentran formas de burlar la aparición de los inspectores y responder a las preguntas que se les formulan; a esto se conoce en la jerga popular como “gajes del oficio”.
CONCLUSIONES:
Urge un mayor control y fiscalización sobre el accionar y funcionamiento de los puestos de la llamada “comida callejera”, sobre la base de las disposiciones legales y reglamento en vigencia.
Es apremiante contar con normativa actualizada como leyes que busquen el bienestar y protección de la población de La Paz en relación a la comida callejera.
Deben ser reforzadas las campañas de educación respecto a la higiene en la manipulación de alimentos: los riesgos y consecuencias de contaminación e infecciones y sus consecuencias en contra de salud: graves y hasta letales.
Del control minucioso y estricto de estas actividades, debe establecerse las causas que determinan la persistencia de los problemas que ponen en riesgo la salud de los consumidores y obliguen a la ejecución de medidas de reordenamiento y sanciones para poner fin a las infracciones.
Son pocos los laboratorios que cuentan con equipamiento con tecnología de punta y modernización de los existentes, a fin de que puedan obtenerse resultados de análisis respecto a la contaminación de los alimentos o aparición de focos de infección, en el menor tiempo posible y facilitar una intervención oportuna y eficaz para la eliminación del peligro.
Los costos de los laboratorios para análisis de alimentos son muy elevados e inaccesibles a la población.
Existe muy poco personal capacitado para el control y supervisión de la venta de comida callejera.
Las infecciones gastrointestinales que no son tratadas adecuada y oportunamente pueden ocasionar la muerte. La principal causa de las enfermedades gastrointestinales son la ingestión de alimentos contaminados por la falta de higiene en su manipulación, lugares de preparación y expendio, y la falta de higiene personal de quienes cumplen esas funciones, en establecimientos y en las calles.
No existen estrictas medidas para la eliminación de residuos en los lugares de expendio, calles, centros hospitalarios, etc.
Los niños son los más afectados por el consumo de alimentos que se expenden en puestos callejeros o cercanos a los establecimientos educativos, según coinciden en señalar las fuentes consultadas sobre estos problemas.
La descripción de los problemas e inclusión de muchos más detalles de la problemática alimentaria que se aborda, requeriría de una serie de reportajes o una publicación de mayor extensión. Por ello, a tiempo de finalizar, sostenemos que esta investigación se constituye en una muestra significativa y un aporte de utilidad pero no totalmente suficiente, porque estos temas ameritan una investigación mayor y acorde con la gran extensión de la ciudad e incalculable cantidad de puestos callejeros diseminados y otros tantos de comida rápida, centenares registrados y clandestinos. En realidad, son miles y miles de puestos-expendedores que deben ser registrados, cuestionados, sancionados o no y, sólo así, reautorizados, a fin de que mejoren las condiciones en que se elaboran y comercializan los alimentos y bebidas en las calles de La Paz.
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