¿Gobernar desde Sucre?

Informaciones oficiales hicieron saber que el presidente Evo Morales gobernará durante tres días desde la capital Sucre en homenaje al Primer Grito Revolucionario de América lanzado el 25 de Mayo de 1809 y para ello viajó hoy a la vieja Charcas.

Ante la imposibilidad de acompañarle en calidad de “colaboradores”, mi lazarilla cochabambina me propuso llamar al hospital psiquiátrico “Gregorio Pacheco”, popularmente conocido como el manicomio Pacheco, para pedir a los locos internados en ese centro de salud homenajear a nuestro Presidente y prestarle toda colaboración en su buen propósito de gobernar tres días desde la ilustre ciudad.

Como no advertí vestigios de ironía en las palabras de la inteligente cholita cochabambina le manifesté que todos los amigos que yo tenía en el manicomio Pacheco, donde estuve internado una vez cuando enloquecí de amor por una cholita orureña patitas de alambre, ya habían entregado la herramienta a San Pedro, siendo el último en hacerlo un loquito simpático que en su delirio creía ser Napoleón Bonaparte y que falleció hace un mes.

Ese contratiempo no impidió que valorase muy bien la sugestión de mi comadre Macacha, decidiendo llamar al manicomio seguro de encontrar allí un caudal de buena voluntad para cooperar a nuestro presidente Evo en su noble propósito de gobernar Bolivia durante tres días desde la hermosa capital chuquisaqueña.

Llamé por teléfono al manicomio y lamentablemente no me pudieron comunicar con el Director ni con alguno de los psiquiatras famosos que trabajan allí y me pusieron a charlar con uno de los loquitos albergados en la sala “Julio Zamora”, nominada así en homenaje a un chuquisaqueño avecindado en La Paz desde que fuera expulsado del citado manicomio hace muchísimos años.

Hablé con el orate, quien me saludó afectuosamente, diciéndome a continuación que se llamaba Evo Morales y que estaba encerrado allí injustamente, manifestándome con gran aplomo: “No crea usted que estoy loco porque entre mis compañeros de encierro tengo a dos Napoleones, un John F. Kennedy, un Winston Churchill, un Mariscal Santa Cruz, una Eva Perón, una Cristina Kirchner y dos Hugo Chávez. ¿Por qué yo no podría creer que soy un Evo Morales, presidente vitalicio de Bolivia y propietario del Palacio de Gobierno que está en la Plaza Murillo de La Paz…?

Mi comadre Macacha, que escuchaba mi conversación con ese simpático loquito, me dijo: “compadre, nunca hay que discutir con los loquitos, pues a todo hay que decirles que sí y que tienen siempre la razón, porque si les discutes se calientan, hágame caso, por favor”.

Volví a hablar con el loquito, que me dijo que con él comienza la historia de Bolivia y le dije: “así es, Evito”. Parece que en ese momento llegaron unos loqueros, le quitaron el teléfono y se lo llevaron.