En varias oportunidades se planteó la construcción de una nueva carretera de La Paz a Cochabamba por Río Abajo, desechando la actual vía por considerar su extensión como una gran desventaja para pasajeros y transportistas, porque normalmente se la recorre en seis horas, pese a que se utiliza veloces flotas de transporte, sin tomar en cuenta el desgaste de las maquinas motorizadas y el peligro para los usuarios.
Ante estas dificultades, La Paz para su desarrollo departamental propuso a través de instituciones cívicas la construcción de una nueva carretera, con beneficios para todos. Con este motivo se comenzó a proyectar, con recursos departamentales, una ruta alternativa de La Paz a Cochabamba por Río Abajo, con recorrido de cuatro horas.
Este proyecto fue presentado hace tiempo y por azar de la política fue postergado, pese a la necesidad de progreso de los paceños. Es preocupante que la Gobernación de La Paz no actualice ese “proyecto estrella” e reinicie los trabajos. Ante el silencio y la inactividad, la paceñidad se siente impotente.
Pero pese a tales contratiempos, sorprende Cochabamba al tomar en serio dicha construcción y emprende trabajos en lo que corresponde a su territorio, porque esta vía caminera tiene presupuesto para ser asfaltada y con una ruta que involucrará a varias poblaciones que se beneficiarán con desarrollo. Así lo ha entendido su Gobernación.
Por ello hay gran movimiento de tierras, con maquinaria pesada y la erogación de más de medio millón de dólares de su presupuesto departamental. Así lo ha hecho conocer una caravana de paceños de buena voluntad, que recorrió en todo tipo de vehículos la ruta La Paz -Cochabamba, para comprobar las ventajas que tendría la obra para los dos departamentos, una vez concluido este proyecto.
El puente de Sacambaya, que une la ruta Cochabamba - La Paz y que constituye sus límites, está siendo construido, al igual que existe avance en la población de Pucara y se sigue entrando a la provincia de Ayopaya, donde se encuentra Independencia con el poblado de Yayani, puerta de entrada a Quillacollo. Las poblaciones aledañas a la carretera proyectada viven del pastoreo y la agricultura, por lo que manifiestan júbilo por la posibilidad de aumentar su producción agropecuaria y llevarla a los mercados de consumo.
La paceñidad pide que se continúe esta obra de gran importancia para su desarrollo, apelando al Gobernador, a la Asamblea Legislativa y en especial a la Brigada Parlamentaria de La Paz para que se consigne presupuesto y sean reanudados los trabajos de esta nueva carretera, que tanta falta hace a los paceños.
Emulemos la actitud de los cochabambinos que hacen trabajos, en lo que respecta a su territorio. Es necesario que los municipios de Mecapaca, Quime, Inquisivi y otras poblaciones menores, por donde pasaría la carretera, tomen interés para que concluya la obra. Así mejorará el nivel de vida de las poblaciones menores, que actualmente están abandonadas por falta de caminos, y los usuarios tendrán mayor seguridad y garantía para sus desplazamientos.
Los habitantes de estas regiones abrigan la esperanza de que se imponga el espíritu de solidaridad entre autoridades y dirigentes cívicos a fin de hacer realidad dicha integración, que es de gran necesidad para Bolivia.
El autor es ex docente de la UMSA.
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