Opciones para la vinculación vial entre Trinidad y Cochabamba

II

con un estudio técnico apropiado de alternativas para la localización del trazo de la vía en otras zonas con menos problemas de precipitaciones pluviales, y evitando así el afectar/perjudicar las importantes cuencas hidrográficas que existen en el área protegida del TIPNIS, es muy posible que la nueva alternativa que se determine tenga menos complicaciones con las lluvias desde la etapa de construcción (aspecto importante también para el futuro funcionamiento y mantenimiento, así como para los costos de viaje), resultando así menos costosa y además con una menor longitud respecto a la que actualmente representa la carretera contratada para su implementación a través de la empresa OAS .

Para este objeto, sería recomendable que tomando a Trinidad como centro de referencia, se estudie una franja que al este del río Mamoré y entre la capital beniana y la localidad de Casarabe, se extienda hacia el sur, subiendo hasta la zona que resultaría entre Chimoré e Ivirgarsama, sobre la carretera Cochabamba-Santa Cruz de la Sierra, es decir saliendo a conectar a esa vía pavimentada.

En esa franja de terreno -que no tiene la situación del TIPNIS-se debería considerar diferentes opciones para localizar una carretera, tomando en cuenta los aspectos geométricos, de tráfico, geológicos, de suelos, costos, hidrológicos, etc., así como en cada caso, los temas sociales y ambientales. De ese modo se tendría una alternativa para un proyecto vial totalmente respaldado y justificado, y se superaría la insistencia de afectar el TIPNIS como única solución posible. Para esta solución sí debería realizar oportunamente la consulta previa

Para los financiadores brasileños, así como para la mayor parte de los bolivianos que de verdad anhelamos que sean respetados los derechos de la Madre Tierra, podría ser una solución satisfactoria, que haría innecesaria la consulta “previa”(Ley Nº 122, de 10 de febrero de 2012, de Consulta a los Pueblos Indígenas del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure - TIPNIS), y sí permitiría cumplir con lo que dispone la Ley Nº 180, de 24 de octubre de 2011, de Protección del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, en cuyo artículo 3º(Carreteras por el TIPNIS) de manera clara se establece que “Se dispone que la Carretera Villa Tunari - San Ignacio de Moxos, como cualquier otra, no atravesará el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure”.

El estudio de nuevas alternativas para localizar una carretera que una de manera más directa Cochabamba con Trinidad se lo debería empezar cuanto antes, para así con prioridad tener resultados que posibiliten contar con un prediseño que sirva de referencia en las nuevas negociaciones que sobre el particular llevará a cabo el Gobierno boliviano ante el Brasil.

Luego, tomando en cuenta las condiciones del financiador, debería efectuarse la nueva licitación pública internacional para el camino en esa nueva ubicación, a fin de que se tenga varias propuestas (y no solamente una) y elegir realmente la más conveniente a los intereses del país.

Finalmente, ahora que gracias a los recorridos, visitas y sobrevuelos que se ha hecho últimamente se conoce los problemas y necesidades de los pueblos indígenas habitantes del TIPNIS, se debería dar atención para resolverlos, en especial en los temas de salud y educación, pero también implementando actividades que les generen fuentes de trabajo e ingresos, siempre cuidando de respetar sus usos y costumbres, velando por conservar los recursos naturales del TIPNIS, y evitando la paulatina invasión de avasalladores.

Esta experiencia del TIPNIS debería servir también de ejemplo para otros emprendimientos que, tal vez a corto plazo, se los decida y que podrían afectar otros Parques Nacionales (áreas protegidas). Creo que la mayoría de los bolivianos ciertamente ansiamos que todos mejoremos nuestra calidad de vida, pero no a costa de dañar, perjudicar o hacer desaparecer sitios tan valiosos en flora y fauna, y con presencia de habitantes indígenas, lo cual puede culminar en una situación irreversible que seguramente no nos perdonarán las futuras generaciones.

El autor es Ingeniero civil.