Sobrevivir en la ciudad de La Paz es un verdadero arte

En un país donde de cada 10 habitantes, por lo menos 3 son desocupados, las ideas para ganarse el pan de cada día son cada vez más osadas y pintorescas. Es el caso de los ciudadanos que le dan rienda suelta a sus talentos para ganar unas monedas en las calles, siendo artistas urbanos

En un recorrido que efectuó El Diario por calles del centro como Comercio, Prado, Potosí, Pérez Velasco y Evaristo Valle, entre otras, se pudo observar a varias personas que a cambio de remuneración hacen música con guitarras, flautas, acordeones o parlantes, bailan o cantan a voz en cuello. Son artistas callejeros que llenan de acordes la rutina.

En la calle Comercio, la melodía de una flauta hace que nos detengamos a dialogar con Quin Guaypa, quien es una persona no vidente que expresa arte a través de ese instrumento, interpretando cumbia, folklore y taquiraris de acuerdo al ánimo que tenga.

Guaypa explicó que el tocar la flauta por unas monedas es un trabajo honrado que lo hace conocer en diferentes calles de la urbe paceña. “El arte público que realizo es un trabajo, pero el cariño de la gente a través de las monedas a veces no alcanza”, dijo.

Afirmó que lo mejor es cuando la gente se acerca y pide una melodía, “pero es muy triste cuando se les complace los gustos musicales y no nos remuneran”, relató.

Este artista, que es no vidente desde su nacimiento, relató que antes trabajaba en la venta de tarjetas. Vive en la zona Norte, comienza a trabajar desde muy temprano, interpreta las canciones folklóricas más conocidas del repertorio latinoamericano y cumbia.

“La interpretación que hago la aprendí al oído, no tuve ningún estudio. Me gusta interpretar canciones para los amigos, ellos si aprecian y me buscan”, dijo.

“A media tarde toco cumbia y en las noches la gente disfruta más de las canciones folklóricas”, afirmó.

“NO PIENSAN

EN NOSOTROS”

De la misma forma, Marcela Mamani, en conversación con El Diario, señaló que el tener que tocar música en las calles es la única fuente de trabajo que los acoge.

“Yo nací no vidente. Ahora estoy enferma de la columna vertebral y necesito comprar mis medicamentos, entonces tengo que trabajar. Toco el bombo al oído y espero con paciencia que alguien deposite una moneda para alimentarme o para comprar los medicamentos que requiero para no sentir dolor” expresó, con lágrimas en los ojos.

“Sin embargo, en la actualidad, la presencia de los extranjeros hace que sea más difícil esta fuente de trabajo” señaló, refiriéndose a los cientos de jóvenes que llegan de otros países a desempeñar igual actividad en las calles.

“Sufro mucho, es difícil entender la situación en la que vivimos. Cantamos a una cuadra de la plaza Murillo pero el Gobierno nunca nos hace caso. Seguramente los políticos nos miran pero ahora nadie se echa menos de nosotros. Me siento extraña en la tierra que me vio nacer”, afirmó.

Aprovechó la oportunidad y exhortó a la población a que los ayude y que “no discriminen a los artistas, existe una gran historia detrás de cada uno de nosotros”, dijo.

“QUIERO AHORRAR”

Caminando unas cuadras de la calle Comercio se encuentra un joven que interpreta canciones folklóricas con el órgano.

Su nombre es Edgar Flores Piñera y relató que “es oriundo de Puno”. Viene a la ciudad de La Paz a trabajar porque “necesito ahorrar para cancelar mis estudios”, señaló.

Edgar perdió la visión desde sus cuatro años, después de un accidente al caer de un tercer piso y nunca más volvió a ver, situación que no limita sus capacidades de buscar lo que quiere.

“Mi meta es ser un gran músico, tengo que juntarme platita y expresar mi música. El apoyo que me da la gente lo ahorro todo para mi alimentación y para mis estudios, es lo único que me importa”, dijo.

Con una sonrisa alegre, Flores dijo que se está postulando a la universidad para la carrera de administración de empresas. “Quiero ser el mejor. Expreso el arte público en las calles porque quiero triunfar, mis anhelos son estudiar. Yo me preparo a través de audio y sueño con ser una autoridad”, concluyó.

“TODOS CON

LAS PALMAS”

Al son de una cumbia, Franz Rodrigo Cancari muestra su arte cantando sobre pista y moviendo su cuerpo de un lado a otro. Con ello logra llamar la atención de todas las personas que pasan por la calle Comercio sin importar el lugar a dónde se dirijan.

“Este es un talento que me gusta compartir con la gente, moviéndome de aquí para allá y haciendo que compartan conmigo un momento de diversión”, manifestó.