• A pesar de las promesas, aún no existe regulación a comerciantes callejeros.
La falta de higiene en la elaboración de comida en las calles de El Alto continúa siendo un peligro ante la serie de enfermedades que ocasiona el consumo de alimentos mal elaborados.
Según un informe de la periodista Mirna Quezada, promovida por la Fundación para el Periodismo, las consecuencias para la salud por el consumo de alimentos elaborados sin normas de higiene son gravísimas porque van desde enfermedades gastrointestinales moderadas hasta presentar complicaciones que pueden derivar en la muerte de las personas, si no son atendidas oportunamente.
Las enfermedades más frecuentes por alimentos contaminados son: diarrea, hepatitis A, gastroenteritis, otras provocadas por bacterias como la fiebre tifoidea y salmonelosis, cólera e infecciones por amibiasis: ameba (amiba) Entamoeba histolytica y otros parásitos diversos.
Mientras que los niños son los más afectados por el consumo de alimentos que se expenden en puestos callejeros o cercanos a los establecimientos educativos, según coinciden en señalar las fuentes consultadas por la investigadora.
“La venta en vía pública, el accionar y funcionamiento de los puestos de la llamada ‘comida callejera’, requieren de una investigación y evaluación con respecto a su estado y realidad actual en general. Y con especial atención en la calidad de los productos para asegurar que los alimentos sean inocuos y aptos para el consumo, con el objetivo principal que, de ser necesario, se lleven adelante nuevas campañas dirigidas a poner fin a fallas que ponen en riesgo la salud de la población y en vez de ello procurar el apoyo de las acciones adecuadas y favorables para la preservación del bienestar del público consumidor”, señala el estudio.
Asimismo, agrega que las advertencias sobre estos riesgos y las recomendaciones de higiene y medidas adecuadas para asegurar la inocuidad de los alimentos se generalizan en todos los países. “En Bolivia, al parecer, urge insistir en ellas de manera cotidiana, porque es fácil advertir en puestos callejeros de expendio de comidas inobservancias desde las normas preventivas más elementales, como son las de higiene personal, hasta de las de mayor exigencia como es el minucioso cuidado en la protección de los alimentos de su contaminación”, asegura el documento.
Otra de las contravenciones higiénicas constituye el expendio de comidas en platos, vasos y con cubiertos también apenas enjuagados en agua y no bien lavados, en vez de hacerlo con recipientes y cubiertos también descartables, generalmente de plástico o cartón estañado, que luego de su uso deben ser eliminados de inmediato y no “rehabilitados”.
Una de las formas para evitar este tipo de infecciones es el simple lavado de manos con agua y jabón que, es sabido, puede salvar la vida de quienes lo practican con frecuencia y de las personas a las que expende comidas callejeras. Las manos son las portadoras de bacterias que provocan enfermedades respiratorias y diarreicas, que son la causa más frecuente de muertes infantiles y graves malestares en jóvenes y adultos.
Por otra parte, la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia instituye que: “El Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad alimentaria, a través de una alimentación sana, adecuada y suficiente para toda la población (Título II, Derechos, Deberes y Garantías. Capítulo Primero. Disposiciones Generales. Artículo 16, parágrafo II)”. Lastimosamente, el control de este rubro en la urbe alteña no existe. Además las promesas de legisladores para poder dictar una ley que regule los comercios callejeros aún no fueron cumplidas a pesar de las protestas de intendentes municipales y la ciudadanía en general.
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