Cardenal lamenta proliferación de pandillas y condena linchamientos

El derecho a la vida y la formación de los jóvenes que viven en las calles y se ven obligados a delinquir, en desmedro de la seguridad de los otros, fueron los temas que el cardenal Julio Terrazas abordó en la homilía dominical.

“Nos produce terror, nos produce miedo y es lo que pasa cuando se lincha a una persona, volvemos a sentir estos como si fuera un valor de alguna comunidad el tomar justicia por sus manos, quitar la vida al otro y peor todavía si después dicen que fue por una equivocación”, destacó el Cardenal.

De esta forma se refirió a la ejecución de dos personas la pasada semana, el último caso fue el de un policía en la localidad de Ventilla. A estos hechos se suman otros casos, en los que presuntos ladrones o delincuentes son atrapados por los vecinos, quienes a veces cometen errores al capturar a personas inocentes.

También se refirió al crecimiento de las pandillas en las diferentes ciudades. Muchos de estos grupos están integrados por niños que no tienen el control de sus progenitores o que ocupan mal el tiempo libre.

“Nos duele que se multipliquen las pandillas, es un fenómeno que hace tiempo ya tendría que haber sido respondido con claridad por quienes tienen responsabilidad con la sociedad. Pero más que contar el número de pandillas lo que tiene que acongojarnos es que en esos grupos hay menores de edad, hay niñas de 11 y 12 años de edad”, expresó.

De acuerdo con un estudio de Servicio de Políticas Sociales en el país, 2 millones 800 mil niños viven en alguna situación de riesgo para su vida como es el maltrato, el abandono, la pobreza extrema o el estar obligado a vivir en la calle.

Ese informe sostiene que en particular en Santa Cruz hay niños y niñas que permanecen en los canales de drenaje y recovecos de la ciudad, deambulando por las calles, haciendo malabares, piruetas y saltos, limpiando vidrios en los semáforos, cantando o vendiendo en los micros. Todo les sirve para ganar monedas. Se tratan de acciones fáciles de aprender donde “uno solo basta para subsistir”. Son niños con motivaciones, anhelos e inquietudes, pero que están reunidos bajo una misma circunstancia: carecen de un hogar que los proteja y buscan formas de sobrevivir en la calle; siendo cada día más en número y en más duras condiciones de vida.

Muchos de esos niños engrosan las filas de pandillas que han sido registradas por las autoridades de Gobierno. El representante de la Iglesia Católica reclama atención y políticas de prevención para este grupo de la sociedad.