Es muy importante en el sector de telecomunicaciones la constatarte innovación y actualización de conocimientos. Cuando pasamos por los centros de estudios superiores probablemente se mencionaba con simpleza temas como interconexión, servicio universal, reorganización de llamadas o espectro radioeléctrico. Hoy ese es el reto de los profesionales en telecomunicaciones, junto a economistas y abogados.
Mucho de lo mencionado se basa en principios generales, sin olvidar conceptos técnicos. Este es el caso del espectro radioeléctrico, del que ahora los reguladores han ampliado su campo de acción, como con la atribución de frecuencias, su asignación, su operación, los desafíos de la tecnología. Es un gran reto regular un concepto tan cambiante, con la misma velocidad que lo hace la mente humana. De esta manera ya no podemos hablar de los desafíos de la tecnología inalámbrica o sus variantes, sino del rompimiento de barreras internacionales y la globalización del espacio aéreo, que otrora se entendía férreamente como parte de la soberanía de un país.
En muchos textos de legislación sectorial, que amparan la regulación de las telecomunicaciones en Latinoamérica, el problema esencial no era la reglamentación del espectro de frecuencias radioeléctricas. En un tiempo, incluyendo a nuestro país, se buscó limitar la presencia de empresas estatales, lo que dio lugar a simples normativas gubernamentales, luego vinieron los procesos de privatización y capitalización, así como el fortalecimiento de organismos reguladores.
Hoy el tema en Bolivia es otro, ya no se trata de que los inversores privados pueden participar en el mercado, sino que demuestren su subsistencia y eficiencia en un clima de apertura de mercados con otros actores del mismo, incluyendo ENTEL, recuperada por el Estado, aunque esté mal administrada. La interacción de varias empresas en un mercado común conlleva retos para nuestro organismo regulador, que tendrá que administrar de la mejor forma posible, con muchas limitaciones de infraestructura, el espectro radioeléctrico.
Sin duda este devenir de etapas regulatorias nos trae enseñanzas. Finalizó la etapa de privatización y se tiene una política definida en torno a la competencia. De este último contexto debemos partir para identificar las tendencias de regulación del dominio público radioeléctrico.
Lo más importante, contando con un Plan de Frecuencias, es conducir la regulación con transparencia, las relaciones comerciales multilaterales, así como los procedimientos y trámites administrativos necesarios para la obtención de permisos, licencias y autorizaciones, sin presiones políticas gubernamentales.
Operar en una frecuencia demanda muchas veces un período largo, en el cual la discreción juega un papel determinante en la asignación de la misma. Es necesario diseñar un mecanismo para garantizar la operación de varios concesionarios en una misma área territorial regional o nacional, siempre que sea posible, según recomendaciones internacionales.
Debemos contar con una debida gestión y planificación del espectro radioeléctrico, acogiendo principios aceptados en las recomendaciones de la UIT en la materia, así como experiencias de otras naciones.
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