Pocos creen en el cataclismo del viernes 21
Organismos internacionales desmintieron la anunciada catástrofe.
El Diario y Agencias.- Nuevamente surge esa tendencia humana de establecer día y año del fin del mundo, es un tema que llama la atención y es siempre noticia en los periódicos del mundo, fijar esta fecha es un engaño, porque nadie lo sabe.
Antes que nada el “fin de los tiempos” del cual nos habla la Biblia es el gran misterio de esperanza que aparece en todo el libro sagrado. Es el misterio de la historia humana que está en el corazón de Dios, guiada hacia “un nuevo cielo y una nueva tierra”.
Para comenzar, las Escrituras (Biblia) nunca hablan del “fin del mundo”, sino del “fin de los tiempos”, como diciendo que este mundo no acabará del todo, sino que sería transformado en un “cielo nuevo y una tierra nueva” gracias a la Resurrección de Jesucristo.
En la Biblia también encontramos muchas expresiones que se refieren al “fin del tiempo”, “día de Yavé”, “día del Juicio”, “el día”, “la Venida de Cristo”, “la resurrección final”, “la Parusía”, “la llegada del Reino de Dios”. Son todas expresiones que indican este “fin del tiempo”.
COSAS QUE NO OCURRIRÁN
Si es usted un habitante de este planeta -especialmente si utiliza Internet- sabrá sin duda que el mundo acaba dentro de unos cuántos días. Una errónea -según coinciden los arqueólogos expertos en el mundo maya- y prácticamente histérica interpretación del calendario de este pueblo prehispánico sitúa el 21 de diciembre de 2012 como el fin de los tiempos. En esa fecha, dicen los agoreros, ocurrirá una importante transformación del orden mundial, una especie de cataclismo cósmico provocado por algo que puede caer del cielo. Sin embargo, los científicos están convencidos de que el 21 de diciembre es un día como otro cualquiera para prepararnos para el juicio final, tan bueno como puede ser mañana, pasado mañana, el lunes que viene o dentro de veinte años. A continuación, recogemos las distintas causas de un apocalipsis que, con seguridad, no ocurrirá antes de Navidad. ABC.es
CHOQUE CON EL PLANETA NIBIRU
No sucederá ningún choque con ningún planeta, llámese Nibiru o Planeta X, simplemente porque ¡no existe! Este es uno de los engaños más grandes y absurdos acerca del 21 de diciembre. Y lo más chocante es que ha llegado a preocupar a un buen número de personas, según reconoció en su día la propia NASA, asombrada porque recibía correos y cartas de ciudadanos angustiados por esta posibilidad. Algunos hasta llegaron a sospechar que los gobiernos y organismos oficiales trataban de esconder al público esta amenaza. Pero desde el punto de vista científico, la historia no tiene ni pies ni cabeza. Ningún satélite ni sonda de observación ha dado nunca con Nibiru y sería imposible ocultar semejante catástrofe.
GIGANTESCO ASTEROIDE
Tampoco saldrá en las noticias de este mes. Desde luego, no uno lo suficientemente grande como para provocar una destrucción masiva como la que acabó con los dinosaurios (supuestamente y según la teoría más aceptada) hace 65 millones de años. De acuerdo, como ya ha sucedido en el pasado nada nos dice que no pueda volver a ocurrir, pero no próximamente. Los astrónomos de la NASA tienen un completo programa de seguimiento de la trayectoria de los asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra y no han observado ninguno que pueda ser tan amenazador como el aniquilador de dinosaurios.
LLAMARADA SOLAR QUE CALCINE LA TIERRA
El científico de la NASA David Morrison, experto en el sistema solar y en impactos de asteroides, acuñó hace ya unos años el término “cosmofobia” (miedo al cosmos), un tipo de angustia que a su juicio ha crecido enormemente en los últimos años por causa de los rumores sin fundamento sobre el calendario Maya. Este es uno de esos temores que forman parte de la cosmofobia: ¿puede el Sol lanzarnos una llamarada que acabe con la Tierra? Los científicos han advertido en numerosas ocasiones de la necesidad de protegernos de las eyecciones de partículas del Sol, que pueden, si son fuertes y apuntan directamente a nuestro planeta, provocar serios problemas en nuestras redes de energía y comunicaciones.
El Sol alcanzará su máxima actividad a finales de 2013 o a principios de 2014, no en 2012 y ni siquiera entonces tendrá la suficiente energía para enviar un latigazo de fuego desde 93 millones de millas que pueda destruir la Tierra.
ALINEACIÓN CÓSMICA
La Tierra y el Sol se alinean con el centro de la Vía Láctea cada diciembre, pero es un evento anual que no tiene ninguna consecuencia para nosotros. El asunto de la alineación se puso de moda no hace mucho, ante la visita del cometa Elenin en 2011. Se creía que el cometa podía provocar una larga lista de desastres, entre ellos erupciones masivas, grandes terremotos, tsunamis y tormentas solares catastróficas, debido a que iba a estar alineado con la Tierra y el Sol, lo que significa que se podría trazar una línea recta que tocara a la vez los tres cuerpos celestes. Y resulta que las dos últimas veces que esa alineación se produjo coincidió con los terremotos de Chile (el 27 de febrero de 2010) y de Japón (el 11 de marzo de 2011). Sin embargo, como recordarán, el cometa Elenin alcanzó su máxima cercanía a la Tierra a mediados de octubre de 2011 y continuó su viaje sin causar el más mínimo daño al planeta. Es más, el “lucero de las catástrofes” acabó desintegrado.
INVENCIÓN DE LOS POLOS MAGNÉTICOS
Una reversión geomagnética es un cambio en la orientación del campo magnético terrestre de forma que se intercambien las posiciones del polo norte y sur magnético. En realidad, estos eventos pueden durar de cientos a miles de años, y nada indica que tenga que suceder, exactamente, dentro de unos días. Es improbable que ocurra en unos milenios y, hasta donde se conoce, no tiene por qué causar daños a la vida en la Tierra.
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