La Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas) asegura que los controles de laboratorio garantizan la limpieza del líquido elemento, pero en su recorrido, antes del llegar a los grifos de los hogares, pierde pureza.
El sistema de cañerías que transporta el agua potable desde los laboratorios de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas) hasta los hogares data de hace más de un siglo y ya caducó su vida útil.
Esta razón hace que al momento se registren dificultades por la ruptura de cañerías, que ya están corroídas por el tiempo y lo que es peor, el sarro existente en el interior de los conductos, hace que el agua potable pierda calidad.
Aunque la actual débil y caótica administración de Epsas está muy lejos de pensar en invertir alrededor de aproximadamente de $us. 35 millones, para cambiar el sistema, existe la garantía de que el trabajo en laboratorio se lo efectúa bien, pero este esfuerzo es vano, porque las familias reciben agua sucia.
La jefe de división del laboratorio central de Epsas, Elizabet Sánchez, informó que “el Laboratorio Central de Epsas es la Unidad encargada del control de calidad de aguas; fundamentalmente realiza el control de calidad de agua potable que provee Epsas a La Paz y El Alto” y cuenta con infraestructura adecuada, prestando servicios de ensayos a clientes externos.
Epsas controla cuatro sistemas Red Achachicala, Pampahasi, El Alto, Tilata, estas cuatro son los principales distribuidores de agua potable. En el municipio de La Paz, por ejemplo en la red de Achachicala se toman 29 muestras, Pampahasi 31, El Alto 69, Tilata 14, cada una de éstas determina la calidad de la distribución, previo a éstas también se hace el control de calidad en las plantas.
Para saber en qué condiciones se encuentra el agua se analizan una serie de parámetros de tipo físico, otros de tipo químico y otros biológicos y después se comparan estos datos con unos estándares aceptados nacional e internacionalmente que nos indicarán la calidad de ese agua para los distintos usos: para consumo, para la vida de los peces, para baño y actividades recreativas.
Hasta este punto llega el trabajo técnico de Epsas, sin embargo, vecinos de El Alto, la zona Sur y la zona Central de La Paz hacen llegar sus quejas de manera constante a EL DIARIO para denunciar que en sus hogares reciben agua sucia.
Carla Aliaga, vecina de la calle Colón de La Paz denunció que “la cantidad de cloro que recibe junto al agua potable es insoportable y que debe efectuar varios hervores para evitar que este químico dañe la salud de su familia”.
Emilio Pérez, vecino de Río Seco, sector viviendas de El Alto, alarmado relató en meses pasados que “del grifo de su cocina salió un insecto de cinco centímetros junto con el agua”.
En tanto, Rosa Ángela Ergueta de Cota Cota protestó porque “debe esperar que el agua corra al menos un minuto después de abrir su grifo hasta esperar que se aclare”. El primer chorro es café”, afirmó.
Para la funcionaria de Epsas, estas quejas tienen un asidero y es que “cuando el agua cuando sale un poco blanquecina o lechosa es porque toda la noche estuvo en reposo”.
En el caso del agua turbia afirmó que “se debe al desgaste de las tuberías”, “son muy antiguas, sobre todo en el Casco Viejo, la presión del agua lava la tubería y cuando se abre el grifo el líquido transporta algunas impurezas”, reconoció.
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