Gracias a la vida que me ha dado tanto

Marcelo Neveleff, es un entrenador argentino que prácticamente se inició en Estados Unidos, país donde es muy conocido por su trayectoria como director técnico.

Desde pequeño soñó con ser jugador profesional, sin embargo, el destino no quiso que fuera así, iba a ser escogido para cosas diferentes. Viajó por el mundo buscando una oportunidad para mostrar su fútbol, dicha aventura desembocó en Estados Unidos, donde se hizo conocer.

Por su trabajo como entrenador, el plantel de Wilstermnn se fijó en él y lo contrató para que dirija al equipo en la Copa Libertadores de América. No dudó en aceptar la propuesta y llegó al país.

Tras la Copa, Neveleff volvió a Estados Unidos y fue galardonado como Técnico del año, esto por su trabajo con los jóvenes. En 2012 regresó al país para dirigir otro plantel cochabambino, Aurora, se hizo cargo del plantel para encarar las últimas fechas del Torneo Apertura 2012.

¿A qué edad comenzó a practicar el fútbol?

Lo practico desde que tengo uso de razón, ya después desde 1995 me volví director técnico, lo hice primero con niños, después estuve en cursos de entrenadores, viajé por Europa para ver los diferentes tipos de prácticas que se hacen en los clubes y la forma de manejo de grupo.

Desde los siete años entrené en Estudiantes de La Plata, me críe ahí, lamentablemente no pude firmar contrato profesional con ellos quedando libre. Después me fui a México para probar suerte, estuve dos años, tampoco conseguí nada, luego llegué a Los Ángeles, Estados Unidos, donde sí pude jugar en las ligas étnicas que existían ese momento, las cuales se jugaban por dinero.

¿Por qué creé que no pudo llegar a ser jugador profesional?

No sé, tal vez porque no fui constante, no me cuidaba, en el sentido de ser más centrado o de hacer caso a los padres, siento que si me hubiera exigido tal vez lo conseguía, tenía todo lo necesario para ser profesional, lo malo es que no era fuerte mentalmente.

¿Cómo se le dio la oportunidad de jugar en Los Ángeles?

Fue mediante una búsqueda para tener una mejor vida, por eso me fui a Estados Unidos, me puse a jugar ahí y me conoció el dueño del equipo, él me dio el trabajo y facilitó mi residencia legal.

Si bien no jugué en una liga de elite, el fútbol me dio todo, amigos, casa y pude recorrer el mundo.

Desde 1987 a 1994 jugué en Los Ángeles, fue interesante porque competíamos contra equipos de Sudamérica y Europa, el nivel era alto, claro ejemplo es que varios jugadores se fueron a la MLS que se creó en 1995.

Cuando tenía 31 años sentía que debía trabajar y dedicarme a la familia y comencé a dirigir a los chiquitos, estudié para ello porque vi que podía enseñar, tuve una carrera respetable en Estados Unidos.

¿Cuánto tiempo dirigió en Estados Unidos?

Desde 1996 hasta ahora, estoy contento por ello, es toda una vida, como te dije, el fútbol me dio todo, pero sacrifiqué muchas cosas, dejé a la familia, no vi crecer a mis hijos, como cualquier padre.

Recorrí muchas partes de Estados Unidos, hasta que llegué a Brasil y después me llamaron de Bolivia, el club Wilstermann.

¿Cómo se contactó la dirigencia del plantel aviador?

Un grupo empresario se había asociado ese momento con la dirigencia de Wilstermann, el club estaba mal económicamente, dicha compañía aportó con jugadores y entrenador.

Lo más importante fue que dirigí en la Copa Libertadores, recuerdo que desde chico veía ese campeonato por la tele cuando jugaba Estudiantes, como se presentó esa oportunidad dejé un equipo con el que estaba porque no podía dejar pasar esa oportunidad.

¿Cómo se sintió minutos antes de su debut en la Libertadores?

Como cualquier ser humano que va a hacer algo importante en su vida, una sensación extraña en el estómago, nervios naturales, pero cuando salí a la cancha todo pasó.

Jugamos la Copa hasta abril, recuerdo que la dirigencia me ofreció el cargo de entrenador, pero no pude aceptar por cuestiones familiares y retorné a Estados Unidos.

Llegué a Florida, donde fui director de un programa juvenil, el cual es muy conocido allá, después la Federación de Estados Unidos me reconoció como Técnico del año porque producimos muchos jugadores para las universidades y las selecciones menores.

Ahí estuve hasta que la dirigencia de Aurora me llamó para que me haga cargo del equipo. Me sentí muy halagado, feliz, de que un plantel de Primera se fijara en mí, no dudé ni un minuto.

¿Cuál es el mejor momento que tuvo hasta ahora como entrenador?

Hay varios, trabajé mucho con juveniles, lo que más me llena es la parte humana, es decir, ver el desarrollo y el crecimiento de un niño, es lo que más me reconforta y espero poder ganar un título importante.

Hablando del tema familiar, ¿Cómo se llaman sus padres?

Mi padre se llama Tito y mi madre Marrincha, tengo tres hermanos, Sergio, Mariel y Leonardo. Mi esposa es Luciana y mis dos hijos Andrés y Camila.

¿Sus padres lo apoyaron en esta carrera profesional?

Sí, ambos estuvieron conmigo, mi mamá siempre estuvo a mi lado, mi padre falleció hace tres años y sé que está muy orgulloso por lo que conseguí. A mi madre la llamo todas las noches porque me da palabras de aliento o algún consejo.

Si no fuera entrenador, ¿qué profesión tendría?

No sé, no me veo haciendo otra cosa, siempre soñé estar envuelto en el fútbol, como siempre digo soy un privilegiado por hacer lo que hago pues me permitió conocer países y mucha gente.

¿Cómo conoció a su esposa?

En Los Ángeles, en un restaurante. Empezamos a salir y enseguida supimos que éramos el uno para el otro, nos casamos y ahora tenemos una familia, lo bueno es que ella entiende mi profesión y me apoya para que sea feliz.

Me casé con ella el 15 de Julio de 1994, tengo dos hijos, el mayor, Andrés, tiene 27 y Camila 15.

Andrés es hijo de un matrimonio previo a mi actual esposa, básicamente yo lo críe y ahora él se dedica a lo mismo que yo, entrena a chicos. El nacimiento de Camila fue un gran regalo de Dios, el ser padre es lo mejor que le puede pasar a cualquier persona y estoy agradecido por la familia que tengo.

¿Podría dar un mensaje a los niños y jóvenes que desean ser jugadores o entrenadores como usted?

Primero creo que los jóvenes se deben fijar en el estudio, no todos llegan a ser jugadores profesionales, hay que sacrificar mucho, trabajar duro y muy pocos lo consiguen, recomiendo que estudien, sean gente de bien, con valores y si creen que pueden lograrlo, que lo hagan, luchen por sus sueños, porque al final Dios los recompensará, las cosas pasan por algo.

Marcelo Avendaño