Alteños esperan la Misa de Gallo para hacer bendecir la imagen del niño Jesús

La ciudadanía espera con entusiasmo la Misa de Gallo para hacer bendecir las imágenes y los niños que simbolizan el nacimiento de Jesús.

La Diócesis de la urbe alteña asegura que todos los templos realizarán la celebración a las cero horas del 25 de diciembre en homenaje al nacimiento de Jesús, recordando el festejo de Navidad.

Una tradición en El Alto, como en toda la región, es realizar el armado del nacimiento del niño Jesús. Con mucho entusiasmo las familias de la urbe adornan sus hogares y llenan de luces sus salas ventanas.

Por lo general, en esta ciudad se acostumbra confeccionar cada pieza de forma única a otros nacimientos mostrando en ello la creatividad de las familias.

Sumada a esta tradición, la población espera la Misa de Gallo para llevar a bendecir las piezas del nacimiento, esto como una muestra de cariño y respeto.

Al respecto, Yaseth Vera, funcionario de la oficina de la Diócesis de El Alto, asegura que se realizará la celebración en todos los templos de esta ciudad.

“La Diócesis ha programado que se realizará esta celebración en la Iglesias, por lo general se hace a las cero horas del día de la navidad”, comentó Vera.

Asimismo, el entrevistado afirmó que los ciudadanos alteños cuentan con 62 templos católicos para ello se cuenta con 72 párrocos distribuidos en los 14 distritos de la urbe que realizarán la celebración para recordar el nacimiento de Jesús.

“En mi familia acostumbramos asistir a la misa y luego compartir un chocolate caliente porque por lo general hace mucho frío en la misa”, comentó Rosario Ramírez, vecina de Rio Seco.

Agregado a ello, los ciudadanos afirman que esperan la bendición de sus niños para con su ayuda los hogares puedan estar llenos de alegría y paz.

“Cada año y sin falta hacemos bendecir a nuestro niño, es importante que cuente con esta bendición porque también se extiende a nuestro hogar”, comentó Pablo Ticona, ciudadano alteño.

La costumbre de la celebración de la Misa de Gallo proviene de los ritos de los templos de Jerusalén. Allí los católicos celebraban tres misas el día del nacimiento de Jesús: una en la noche en la cueva de la natividad, santificando el nacimiento, otra al amanecer como signo de la resurrección y una tercera en el templo, siendo ésta el oficio solemne del día.