Saúl J. Escalera
II
Pero el problema de fuga de cerebros requiere de un análisis más profundo y al parecer las razones son muy variadas y a veces complejas, donde las siguientes parecen ser importantes.
1.- El proceso de desadaptación de su propio país, debido a los factores de distancia y tiempo, ha formado en el joven profesional un sentido agudo con respecto a Bolivia y a los bolivianos. Su escala de valores se ha modificado y, aunque muchos parecen negarlo, el país donde estudió es su modelo de referencia para su análisis crítico de las condiciones imperantes en su país de origen. Este hecho, añadido a que el becario ha adoptado las costumbres, usos y hasta manera de pensar del país donde estudió, hace que el becario se sienta “desadaptado” en su antiguo medio; parece ser más bien un “extranjero” entre sus antiguos amigos y conocidos y éstos tienden a rechazarlos.
2.- La situación económica y el ambiente académico de las universidades bolivianas -públicas y privadas- es tal, que parece ser imposible para un joven científico encontrar condiciones adecuadas de crecimiento profesional a las que se ha acostumbrado en el exterior. En efecto, existe falta de oportunidad para investigar y desarrollar tecnología (I&D) con el fin de mejorar su nivel científico, así como de información científica y/o tecnológica en las bibliotecas universitarias.
3.- En la última década, la oferta de programas de cuarto nivel (postgrado) en las universidades bolivianas -públicas y privadas- ha proliferado y donde los profesionales bolivianos de alta graduación (M.Sc. y Ph.D.) deberían ser contratados, sin embargo, existe la tendencia de preferir a profesores extranjeros, hecho que ahonda aún más el efecto de desempleo de los científicos nacionales.
4.- Las universidades no dan al profesional retornado oportunidades de dirigir centros académicos o de I&D acorde con su preparación y experiencia profesionales, generalmente el nombramiento se lo hace por razones más políticas y económicas que académicas. Ya hubo un ex-rector de la UMSS de Cochabamba que dijo: “Aquí no necesitamos doctores”.
Y recientemente, un rector de una universidad privada retiró a un joven Ph.D., formado en Europa con beca, por razones totalmente baladíes. Pero el problema de fondo es que las universidades bolivianas, en general, no conciben la docencia como una profesión, donde debe haber jerarquías de conocimiento y experiencia profesional que requieren de un escalafón académico y económico con diferentes escalas, y parten del supuesto de que igual vale un ingeniero o licenciado recién titulado en Bolivia que un magister o doctorado con estudios de postgrado en el exterior.
5.- En el escenario empresarial estatal de Bolivia (YPFB, ENDE, ENTEL, etc.), muchas autoridades y ejecutivos de turno (v.g. rector, vice-rector, decano, etc.) ejercitan un bloqueo sistemático y permanente que impide el acceso de los profesionales de alta graduación (v.g. Masters y Ph.D’s) a los puestos de decisión y cometen el error de dar oportunidades sólo a sus conmilitones políticos y amigos. Esta práctica parece también ser común en las empresas privadas, pero por razones más económicas que políticas.
Actuando de esa manera no se dan cuenta que es la forma más expedita para impulsar la “fuga de cerebros” que tanto daño le ha hecho al país por décadas, quedando en el país los menos entrenados para ayudar en su desarrollo socioeconómico. De esta manera, no existen oportunidades de trabajo para los profesionales de alta graduación.
2.- Necesidad de profesionales de
alta graduación en Bolivia
La tendencia globalizante de la economía regional y mundial exige que el logro real de un desarrollo socio-económico en Bolivia esté estrechamente relacionado a su habilidad de generar C&T innovadora y competitiva y al mismo tiempo definiendo su realidad social. En este sentido, las empresas estatales y privadas nunca podrán funcionar competitivamente en el mundo industrial y comercial sin tener centros de I&D con el apoyo de profesionales de alto nivel para el desarrollo de procesos y productos innovadores que les ayuden ingresar a las ligas mayores de las grandes corporaciones industriales.
Por otro lado, lograr calidad en la educación superior es una responsabilidad de todos: autoridades, docentes, y administradores del campus universitario. Sin embargo, los docentes juegan el rol más importante, porque están en la línea de fuego en la entrega de calidad de la educación universitaria. Por ello, un factor crítico en la calidad de educación superior es una planta docente que sea diversa en experiencias profesionales y culturales, que están comprometidos con un aprendizaje y erudición de largo alcance y que ponga énfasis primario en la educación de profesionales eficientes y competitivos. En general, la existencia de programas de I&D de alto nivel en una universidad hace que ella sea más prestigiosa y apoye al país en su desarrollo socioeconómico.
Entonces: ¿por qué nuestras universidades y empresas bolivianas no se interesan en establecer mejores condiciones de trabajo para mantener en el país a los profesionales de alta graduación? ¿No será que permitiendo la fuga de sus cerebros, Bolivia está cometiendo una especie de “harakiri académico” que a un plazo más corto que mediano le pesará haberlo hecho? La palabra la tienen las autoridades de turno, tanto públicas como privadas.
El Dr. Escalera es Ph.D. en ingeniería de USA. Fue Investigador Senior de la Sherex Chemical Co. de USA, donde obtuvo las patentes de invención: US Patent No. 4325821, abril 20, 1982 y US Patent No. 4337149, junio 29, 1982. Actualmente es Profesor Emérito de la UMSS y consultor en Procesos Industriales con sede en Cochabamba, Bolivia.
sjescalera@yahoo.com
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Miguel Lazo de la Vega |
Ernesto Murillo Estrada |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |