Federico Zelada Bilbao
El gasto anunciado por Iván Zambrana, director de la Agencia Boliviana Espacial (ABE) de US$ 302 millones en la compra del satélite Tupac Katari (TKSAT-1) quedaría en entre dicho, pues haciendo el recuento más detallado de los ítems señalados por el propio Gobierno, la cifra sería otra, veamos (ver gráfico adjunto).
* El director de la ABE señala que este monto se reducirá en el transcurso del tiempo
** Se conoce que el crédito de 251,1 millones de dólares que fue contratado en diciembre de 2010 tenía un periodo de gracia de tres años, pero no se conoce los demás detalles de dicha deuda.
*** Estas terminales terrestres o telecentros serán como los sitios de Internet y cabinas telefónicas, sin embargo, no está claro si se requiere antenas parabólicas de mayor dimensión que cumplan las funciones de repetidoras, lo que redundaría en un mayor costo en la implementación del proyecto.
Otro enigma en la planilla de gastos es el costo de mantenimiento del satélite (se mencionó 3 millones de dólares anuales en la publicación de EL DIARIO de 3 de enero), tema que no fue aclarado adecuadamente a la opinión pública por parte de los personeros de la Agencia Espacial, de confirmarse estas cifras el costo sería mayor.
El monto de aproximadamente US$ 607 millones no toma en cuenta la millonaria propaganda, por todos los medios de comunicación, que el gobierno de Evo Morales hace como parte de su campaña electoral, utilizando el lanzamiento y las supuestas bondades del satélite.
Por la optimista perspectiva que tiene el Gobierno de generar US$ 40 millones por año (en la actualidad todos los operadores que usan los servicios del satélite en el país gastan apenas entre US$ 13 a 15 millones) en 15 años (vida útil del satélite) se generaría apenas 600 millones de dólares, dando como resultado una pérdida de 7 millones de dólares, repito, en una posición optimista.
El plan de negocios del satélite considera como potenciales clientes a Venezuela, que después de 4 años del lanzamiento de su satélite Simón Bolívar - 1, aún se encuentra sub-ocupado y no se termina de construir sus estaciones terrenas hasta el presente; Colombia, Perú, Ecuador (estos países tienen planes espaciales semejantes al nuestro); Paraguay y Uruguay (éste último como aportó la posición orbital para viabilizar el proyecto satelital venezolano, tiene derecho a utilizar el 10% de la capacidad total del satélite Simón Bolívar sin costo.)
Hasta el fin de año se piensa instalar los primeros 1.000 telecentros satelitales de los 2.500 previstos en el proyecto, aunque ya se lanzó el satélite para este propósito, lo que muestra la improvisación, el mal uso de los recursos y la falta de una política integral sobre el tema. El problema es que los que pagarán cada centavo de la multimillonaria inversión, así como el costo adicional por el servicio, serán los pobladores rurales más pobres de nuestro país, pues el servicio cubrirá segmentos poblacionales que no son cubiertos por los operadores de telefonía celular, Internet, etc. en el área rural, pero con el mismo costo con el que se paga estos servicios en las ciudades, y si se quiere volverlo un negocio rentable, fácilmente este monto podría subir en un 50% más.
En el marco de un elemental uso transparente de los recursos del Estado, los personeros del Gobierno tienen la obligación de aclarar estos temas, corroborando o descalificando las cifras presentadas en este artículo.
El autor es economista, ex Rector de la Universidad Pública del Alto y actual docente de la UMSA.
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