Según informaciones económicas de fuentes oficiales y extraoficiales, desde el año 2006 ingresaron a las arcas fiscales del Estado nada menos que cien mil millones de dólares, como producto de la venta de materias primas a países extranjeros, elevada cantidad de moneda extranjera que se obtuvo por la espectacular subida de los precios de esos recursos naturales en el mercado internacional.
La referencia planteada por algunos dirigentes políticos no ha dejado de atraer la atención de la opinión pública y sus alcances han estado creciendo como una bola de nieve en descenso vertiginoso desde la cumbre de la montaña. De otro lado, los administradores del Estado, preguntados sobre el destino que se dio a esos cuantiosos recursos monetarios, han preferido guardar silencio y, hasta el momento, no han dicho esta boca es mía, con la idea de que “hay que estudiar” el asunto para dar transparencia a tema tan candente.
De acuerdo con la millonaria denuncia de fuentes opositoras (que aseguran que no cuestionan esos ingresos y sólo preguntan cómo han sido gastados), nunca el Estado boliviano tuvo en sus manos semejante cantidad de dinero equivalente a cien mil millones de dólares, lo cual significaría que, más o menos, en cada uno de los últimos ocho años habrían ingresado al Tesoro del Estado más de diez mil millones de dólares al año, llegando en esa forma a totalizar la cuantiosa suma que algunos economistas aseguran “produce vértigo”.
La denuncia del ingreso para el Estado de cien mil millones de dólares en los últimos ocho años habría tenido como origen particular la elevada exportación de gas a Brasil y Argentina con precios muy elevados. Se señala al respecto que mientras en el año 2005 el precio del gas por millón de BTU era de 90 centavos de dólar, a partir del año siguiente subió a 12 dólares por la misma unidad, lo cual permitiría entender el mayor ingreso. También se menciona que las mayores entradas para el Estado, que las administra, se debieron a los extraordinarios precios que alcanzaron estaño, plata, oro, zinc y otras materias primas en bruto que exporta el país.
La voluminosa e insistente noticia sobre semejante ingreso de dinero en dólares que recibió el país, parecería que tendría la debida aclaración oficial, pero hasta el momento no se conoce una reacción, pese a que el dirigente de un frente político aclaró que esperaba que el Gobierno explique qué hizo con esos cuantiosos recursos y que nadie cuestionó el hecho de que haya más ingresos para el país, siendo el tema en debate qué se hace con ese dinero.
En todo caso, lo verdaderamente asombroso es que por primera vez el Estado boliviano tuvo ingresos tan enormes que nunca se registraron en la historia y todo gracias a circunstancias externas y de ninguna manera a gestiones internas o planes económicos que hubieran movilizado la economía del país. En realidad, tal invasión de dinero, además con menores volúmenes de producción, debe ser motivo de análisis y como se vive en la era de la transparencia en los negocios del Estado, es necesario ver con claridad en qué fueron gastados.
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