Importación de alimentos agrava la dependencia

Desde hace varios años, debido a la disminución de producción en las áreas rurales, la importación de alimentos necesarios en la canasta familiar determina que la dependencia del país se acentúe porque no producir lo que consumimos implica serios reveses a la economía y, sobre todo, lastima a la población.

El abandono de las áreas rurales o, por lo menos, la menor producción da lugar a que el empleo disminuya, que no se aproveche las condiciones que ofrece el propio país para producir más y mejor; determina, por otra parte, que haya mayor éxodo de campesinos hacia los centros poblados del país, con el aditamento de que todas esas personas buscan empleo y, en algunos casos, se deja de lado a otras que, con la debida formación, no pueden hacerse de puesto de trabajo que han sido cubiertos con muy bajos sueldos por los emigrantes del campo; en otras palabras, se crea una competencia desleal e inconveniente porque depaupera el salario.

La importación de alimentos implica gasto de divisas, cierre de fuentes propias de producción, reducción de cantidad y calidad del empleo, reducción de las posibilidades de alcanzar crecimiento de la economía y, además, menosprecia la propia capacidad de trabajo que tiene el país. Son, pues, múltiples los perjuicios que ocasiona la importación de lo que podríamos producir y no lo hacemos porque, a más abundamiento de males, las importaciones benefician a países vecinos, ya que tienen asegurado un mercado y un ingreso permanente de divisas.

El Gobierno desde los inicios del año 2006 prácticamente ha cerrado muchas fuentes de producción y el rubro de alimentos ha llegado al extremo de aumentar las importaciones de harina, arroz, maíz y otros productos importantes y necesarios para la población. Cerró, además, las posibilidades de crecimiento de muchas empresas productoras de alimentos y con ello también quebró las posibilidades de mejorar la cantidad y calidad del empleo.

La importación indiscriminada de alimentos hizo crecer el contrabando y diversificó la economía informal; por otra parte, muchos de los productos importados con subvención estatal, son contrabandeados a mercados de los mismos países que nos vendieron, porque la economía informal se hace de clientela segura en las fronteras, porque la mercadería es más barata que en el propio mercado.

Producir los propios alimentos implica crecimiento de la actividad agrícola y agropecuaria, asegura trabajo a importantes sectores de la población, ahorra divisas, evita el contrabando y da lugar al crecimiento y diversificación de la economía. El Gobierno está obligado a renunciar a políticas que implementan las importaciones y frenan la producción.