Salomón Rivas
Cuando veo los cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? 8: 3 y 4. Le has hecho poco menor que los ángeles 8:5 (la evolución dice que el hombre es poco mayor que los animales).
Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. En ellos puso tabernáculo para el sol, y nada hay para que se esconda de su calor 19:1 y 4-6
De Dios es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre ríos 24: 1. Por la Palabra de Dios fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. Él junta como montón las aguas del mar; él pone en depósitos los abismos 33: 6 y 7.
Tú, el que afirma los montes con tu poder, ceñido de valentía; él que sosiega el estruendo de los mares, el estruendo de sus olas y el alboroto de las naciones. Visitas la tierra y la riegas; en gran manera la enriqueces 65: 6-7 y 9.
Dividiste el mar con tu poder; quebraste cabezas de monstruos en las aguas. Abriste la fuente y los ríos; secaste ríos impetuosos. Tuyo es el día, tuya es también la noche. Tú estableciste la luna y el sol. Tú fijaste todos los términos de la tierra; el verano y el invierno. Tú los formaste 74: 12-17. El norte y el sur, tú los creaste 89: 12.
Antes de que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer que pasó y como una de las vigilias de la noche 90: 2 y 4.
Porque en su mano están las profundidades de la tierra y las alturas de los montes son suyas. Él es nuestro Dios y nosotros el pueblo de su prado y ovejas de su mano 95:4y7.
Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos. Pero Dios hizo los cielos. Decid entre las naciones: Dios reina. Juzgará a los pueblos en justicia 96: 5 y 10.
Bendice alma mía a Dios, que está vestido de gloria y magnificencia. Él que extiende los cielos como una cortina, que establece sus aposentos sobre las aguas, él que pone las nubes por su carroza. Él que anda sobre las alas del viento; él que hace a los vientos sus mensajeros y a las flamas de fuego sus ministros. Él fundó la tierra sobre sus cimientos; jamás será removida. Subieron los montes, descendieron los valles, al lugar que tú los fundaste. Tú eres el que envía las fuentes por los arroyos, dan de beber a todas las bestias del campo, a sus orillas habitan las aves de los cielos. Saca el pan de la tierra y el vino que alegra el corazón del hombre, el aceite que hace brillar el rostro. ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Dios!, hiciste todas ellas con sabiduría, la tierra está llena de tus beneficios. Bendice, alma mía, a Dios. Aleluya (aclamación alegre) 104.
Él convierte la tierra fructífera en estéril por la maldad de los que la habitan 107: 33.
Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho. Los ídolos de los pueblos son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca mas no hablan; tienen ojos, mas no ven; orejas tienen, mas no oyen; semejante a ellos son los que lo hacen, y cualquiera que confía en ellos 115: 3 a 8.
Tus manos me hicieron y me formaste; hazme entender tus mandamientos 119: 73.
Él que dividió el Mar Rojo en partes e hizo pasar a su pueblo por en medio de él y arrojó al Faraón y su ejército en el Mar Rojo. Él es que da alimento a todos 136:13-15 y 25. Tú formaste mis entrañas, me hiciste en el vientre de mi madre. Formidables y maravillosas son tus obras. Conoce mi corazón y guíame en el camino eterno. Te alabaré 139:13-14 y 24.
Él cuenta el número de las estrellas y a todas ellas llama por su nombre 147: 4.
Él es quién cubre de nubes los cielos y el que prepara la lluvia para la tierra. El que hace a los montes producir hierba. El da a las bestias su mantenimiento. Da la nieve como lana, echa su hielo como pedazos ante su frío ¿Quién le resistirá? 147: 8-9 y 16-17.
Desde los cielos alaben los ángeles y sus ejércitos. Sol y luna, estrellas, cielos de los cielos, agua; alaben el nombre de Dios. Desde la tierra alaben los monstruos marinos y todos los abismos el fuego, los collados, los árboles, las bestias, todos los animales. Los reyes, príncipes, jueces, jóvenes, doncellas, ancianos y niños alaben el nombre de Dios, su gloria es sobre toda la tierra y cielo 148. Canten a Dios, gocen del Rey con danzas 149. Todo lo que respira, alaben a Dios. Aleluya 150.
¿Qué nos queda?, agradecer a Dios por lo que somos.
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