A 135 años de una alevosa invasión
Chile debe restituir a Bolivia su acceso al mar
Historiadores sostienen que Chile tiene que reconocer que en 1879 no se produjo una guerra sino un asalto contra un país indefenso, el país vecino aprovechó las circunstancias adversas en las que se encontraba Bolivia.
El 14 de febrero de 1879 es recordado por los bolivianos como el día del atropello, la fecha infausta en el calendario de la historia americana por el asalto chileno a mansalva perpetrado al puerto de Antofagasta para apoderarse de sus riquezas metalíferas, el guano, el salitre y el cobre.
Historiadores sostienen que Bolivia como Estado soberano dispuso el pago ínfimo de 10 centavos de gravamen al quintal de salitre exportado por una empresa anglochilena que gozaba de exportación libre de derechos de toda clase; en este hecho el Estado chileno se inmiscuyó sin derecho en una cuestión interna del otro Estado, usando acorazados y tropa de asalto, con el pretexto de un supuesto incumplimiento del Tratado de 6 de agosto de 1874, aunque no hubo tal caso.
Asimismo, sostienen que ningún Estado ha condenado a la asfixia perpetua a otro, como en el presente caso, cercenándole sus únicos vitales pulmones habilitados con gran sacrificio por los bolivianos durante sus primeros cincuenta años de vida republicana: Antofagasta, Mejillones, Cobija y Tocopilla. Chile tiene la obligación moral, política y ética de restituir a Bolivia su acceso propio y soberano al mar.