Entre cartas, poemas y cuentos
El Cristo de mi cabecera
Cuando estaba solo. . . solo en mi cabaña,
que construí a la vera de la audaz montaña,
cuya cumbre, ha siglos engendró el anhelo
de romper las nubes. . . y tocar el cielo;
cuando sollozaba con el desconsuelo
de que mi Pastora–más que nunca...