Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco pidió ayer mostrar cercanía, compartir los temores y aliviar el sufrimiento de todos aquellos que se ven obligados a abandonar sus países, al recordar que el 20 de junio la comunidad internacional recuerda el Día Mundial del Refugiado.
“Seamos cercanos a ellos, compartiendo sus temores y su incertidumbre sobre el futuro y aliviando concretamente su sufrimiento”, dijo el Papa durante la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro, informó Efe.
Francisco dijo que el número de refugiados crece y, “como en estos últimos días, otros miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares para salvarse”.
Recalcó que “millones de familias refugiadas de muchos países y de diferentes religiones viven en sus historias dramas y heridas que difícilmente podrán curarse”.
El Papa también recordó a todas las personas e instituciones “que trabajan con generosidad para asegurar a los refugiados hospitalidad y dignidad, y les dan motivos de esperanza”.