Desde hace muchos años, con la intención de combatir efectivamente los cultivos excesivos de coca, las políticas del Desarrollo Alternativo se han convertido en una especie de institución. Muchos programas se han desarrollado inclusive con la intervención decidida de los gobiernos de Estados Unidos; pero las mismas experiencias han mostrado que poco o nada han calado en la conciencia de quienes deben abandonar o trocar el cultivo de hojas de coca por la alternativa de alimentos, cítricos, especies y productos que sirvan al bienestar humano.
Más han convenido los intereses económicos, porque es innegable que ningún producto cuenta con los precios altos de la coca o, si se consigue ello, es a base de mucha cantidad y buena calidad, al margen de un trabajo que es diez veces mayor que el de los cultivos de coca. El Desarrollo Alternativo permitiría a campesinos de las zonas productoras contar con economías saneadas y la diversificación de su economía, pero la ausencia de conciencia sobre esta necesidad, no ha calado todo lo hondo que sería de desear.
La Unión Europea, con toda razón, ha rechazado la posibilidad de aceptar o apoyar la industrialización de las hojas de coca y, en cambio, acepta cooperar decisiva y decididamente en programas que impliquen reemplazar los cultivos por todo lo tradicional, como es cultivar alimentos que sirvan a la colectividad. Lógicamente, estaría dispuesta, mediante especialistas, a examinar qué se podría producir y cómo cooperar con técnicas modernas, utilización de semillas de calidad y sistemas apropiados a cada región del país para alcanzar éxitos.
Se recuerda muy bien que en la década de los años 70 se incentivó a los campesinos con la erradicación de cocales, pagando por cada hectárea el importe de 2.500 dólares, lo que en principio dio buenos resultados, pero conforme avanzaban los programas y disminuía el monto de compensación, fue disminuyendo el entusiasmo y, por el contrario, con el dinero logrado muchos campesinos compraron tierras y las destinaron a cultivar coca. De este modo, la compensación económica resultó contraproducente y contraria a los fines perseguidos.
Ahora, es interesante la propuesta de la Unión Europea, pero será necesario, a la luz de las experiencias, estudiar qué es lo que corresponde hacer; de otro modo, se corre el riesgo de fracasar en un intento que podría ser la solución no sólo económica sino moral para la actividad de cultivar coca excedentaria que sirve sólo para la fabricación de droga que tanto daño causa a la humanidad.
De todos modos, tanto la Unión Europea como los países aportantes para combatir al narcotráfico, deben concienciar el hecho de que el nefasto negocio de las drogas es consecuencia de la pobreza y es lo que se debe atacar con la finalidad de crear fuentes de riqueza que impliquen generación de empleos. Es de esperar que el Gobierno, de consuno con la Unión Europea, actúe de la mejor manera para tener éxito.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |