Estados Unidos afronta dos adversarios en Irak. El primero es militar: los yihadistas suníes del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), que en las últimas semanas han tomado ciudades clave en el país de Oriente Próximo. El segundo adversario es político: el primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki.
El presidente de EEUU, Barack Obama, redobló ayer la presión sobre el primer ministro iraquí para que forme un nuevo Gobierno con suníes y kurdos -las otras dos grandes comunidades de Irak, además de los chiíes- o abandone el poder.