Cientos de familias que viven alrededor de los lagos Uru Uru y Poopó decidieron dejar la pesca, por motivos de contaminación, que hasta hace unos 20 años era la principal fuente de ingresos económicos, según Marcelo Lara.
Asimismo, sostuvo que el lago Poopó tenía cinco cooperativas pesqueras pero, desde hace dos décadas, cada una empezó a escoger otras actividades económicas productivas, para mantener la economía de las familias.
Los urus también se dedicaban a la artesanía y el turismo, en balsas de totora, pero ni siquiera existe totora en los bordes de los dos lagos.