“Amo la cultura desde que tengo memoria”

“Amo la cultura desde que tengo memoria”, dice Paula Valdez, al recordar unas deshojadas revistas de Mafalda que tenía entre sus libros de cabecera a sus 7 años, un disco de Gipsy Kings y otro de Kiss entre sus tesoros a los 9 y el haber temblado de emoción al mirar por primera vez un Monet.

“Aun mantengo algunos textos y poemas de mi adolescencia. Amaba escribir y aún escribo, con la esperanza de publicar algún día”, expresa.

En la universidad entró sin pensarlo dos veces al taller de teatro de David Mondacca, quien fue su maestro por tres años. Luego, durante su estancia en Madrid, España, la directora de El Ojo del Alma fue parte del elenco del teatro L’Epée de Bois, dirigido por Antonio Díaz Florian. Allá trabajó para un programa cultural emitido en la española red Antena 3. “Conocí a muchos artistas del viejo mundo, pero, sin duda, uno de los momentos que marcó mi carrera fue la cobertura que realicé de la exposición: ‘Las grandes series de Picasso’ el año 2001”, subraya.

Allá, frente a frente con los originales del genio pintor, recordó las breves coberturas que realizaba antes de viajar, durante sus prácticas como periodista en la Red ATB y en las que siempre propuso notas culturales, “aún ante la burla de algunos reconocidos periodistas de aquel entonces”, recuerda.

“La cultura es el relleno cuando falta qué mostrar en los informativos, me decían y ya lo sabía yo, pero no dejaba de soñar con que un día la cultura sea una fuente más a la par con sociedad o política… una donde se genere información cada día”, asevera.

En fin, que luego de esa cobertura una parte de su sueño había sido cumplido. Luego vendrían entrevistas que realizó para el mismo programa a artistas como Raphael, Pau Donés de Jarabe de Palo, el grupo Son By Four, los mexicanos Eduardo Capetillo y Biby Gaitán y, por supuesto, a grandes exponentes del flamenco, como Tomatito, José Mercé, Ketama o Raimundo Amador.

“En un momento llegué a tener un difícil conflicto personal y sentía que tenía el alma partida en dos. Una quería el teatro y el arte como estilo de vida y la otra el periodismo, que era para lo que me estaba especializando en España. Me costó mucho intentar equilibrar las dos y luego de algunos años opté por combinar mis dos pasiones: el arte y el audiovisual… uno para el otro. Con El Ojo del Alma intento mantener el equilibrio cada semana y aunque miro atrás y veo que ha pasado tanto tiempo, aún siento que queda todo el camino por recorrer”, concluye.