Comerciantes informales que se asientan en las principales calles de la Sede de Gobierno y que son denominadas “las mañaneras”, porque realizan sus ventas durante las primeras horas de la mañana, imponen la ropa china o la proveniente de Corea, como producto de importaciones o del contrabando.
Por el costo elevado, la confección de prendas de vestir en Bolivia queda disminuida ante este negocio porque los precios adicionales por la compra de telas y accesorios son superados considerablemente por la oferta de las prendas llegadas del extranjero.
En la actualidad, una gran parte de los confeccionistas son a la vez contrabandistas que venden sus productos en los variados mercados. Muchos talleres optan por viajar a Chile para aprovisionarse de telas, hilos, botones y accesorios e internan productos ilegalmente al territorio nacional para evitar pagar impuestos, pero también en otros casos se exponen a perder la mercadería y con ello arriesgan inclusive la existencia del negocio.
EL DIARIO comprobó que actualmente existen 10 mil comerciantes “mañaneras” y la mayoría consultada afirmó que prefiere comprar ropa en Chile, para luego comercializarla en las calles adyacentes a la plaza Eguino y la avenida Tumusla, lugares que se constituyen por algunas horas en el más gigantesco mercado informal de ropa de todo el país.