Efectos nocivos del discurso político



Tuto Quiroga, Samuel Doria Medina, Ciro Zabala y Juan del Granado.

Palabra suelta, no tiene vuelta. Refrán siempre vivo. Hoy nos socorre para comentar el discurso político empleado en la etapa electoral, cuyos efectos paralelos no son edificantes para la sociedad boliviana dueña del voto.

El discurso político, además de arenga partidaria, es un mensaje público. Miles de ciudadanos del campo y de la ciudad, escuchan al político y forman su opinión y diverso enfoque.

En general, el discurso político emplea cierta modalidad orientada a persuadir a su audiencia, recurriendo a estereotipos, por ejemplo, el oponente es “enemigo, traidor, vendido o ignorante”. La reiteración, la vehemencia, la exageración de la oferta y la aparente seguridad de quien discursa, crean expectativa en la opinión pública, pero son términos insuficientes si no son respaldados con un genuino programa de gobierno.

EL DISCURSO DE OPOSICION SE NUTRE DEL DISCURSO OFICIAL

Como es de conocimiento, los políticos de oposición han copado la fácil tribuna de responder los planteamientos del oficialismo. Para hacerlo, el opositor se nutre de los mensajes oficiales expuestos por los principales candidatos del partido en función de gobierno.

Nutrirse del oficialismo, es dependencia política. Por lo tanto, la campaña de la oposición, casi toda, es de carácter defensivo. Si no hay discurso del candidato oficial, no hay respuesta. En mejores términos, una campaña a la defensiva está derrotada de inicio y además, no es creativa.

MARKETING POLITICO ARMA DE DOBLE FILO

En el discurso, tanto del oficialismo como de la oposición, juega papel importante el marketing político, diseñado en las “warhouse”, es decir, en la casa de campaña. Los marketineros, técnicos de mercado elevados al rango de estrategas -con excepciones- trabajan en el perfil del candidato; qué debe decir, en la imagen de los gestos y de las palabras del postulante y siempre lo hacen, teniendo en cuenta como referencia obligada, al candidato que está al frente y es el mejor posicionado.

Los marketineros olvidan que, un liderazgo no obedece a esquemas de publicidad, sino a una trayectoria histórica. Un liderazgo no se oferta como una pasta de dientes ni es producto relámpago de la propaganda de manera que, el aspirante si carece de cultura política y no cumple las condiciones de líder, sin remedio aterriza en las arenas movedizas de la derrota.

El marketing es un arma de doble filo porque, generalmente, transforma al candidato en un subproducto, con los resultados que vemos ahora, en algunos exponentes de la oposición y del oficialismo.

EL “DISCURSO CONTESTATARIO”

Si el contenido del discurso es “contestatario” a cualquier idea, proyecto o frase del oponente, la “contestación” es similar a la idea expuesta, al proyecto enumerado o a la frase del candidato que está en la banda opuesta. Es sólo “contestatario” porque invierte valores y toma uno de ellos como martillo.

Veamos algunos ejemplos del oficialismo y de la oposición. Hace poco, Ciro Zabala lanzó la idea de que, en el fondo, las mujeres tendrían la culpa de ser vejadas.

Juan del Granado opinó que los empresarios de Santa Cruz “son una casta empresarial camba que mira su bolsillo; que conspiró contra Evo Morales y ahora come de la mano del Gobierno”.

Tuto Quiroga ofertó en su discurso “Bolivia dejará de llamarse “Estado Plurinacional”; se llamará “República Plurinacional”.

Samuel Doria Medina reiteró que votar por el postulante del Movimiento Al Socialismo es “votar por un gasolinazo”, que afectaría a la economía nacional y la mayoría de la población.

ANALISIS

Como nuestros lectores aprecian, Ciro Zabala impactó con su discurso contra la defensa de los derechos de la mujer precisamente, cuando surgen numerosas denuncias de feminicidio.

En cuanto a Juan del Granado está enfrentado al empresariado oriental y comete, incluso, un desliz al utilizar el calificativo “camba” para denominar a la “casta empresarial”. El partido opositor no tiene nada que ganar, pero sí, mucho que perder con los empresarios de Santa Cruz. El discurso, nos habla de una alianza entre la empresa privada cruceña y el candidato del MAS también insiste en la vigencia del pensamiento regionalista: cambas y collas.

Jorge Quiroga promete cambiar terminología sin alterar el producto o el retorno a la República, concepto que ya no es pertinente, puesto que el partido gobernante da inumerables indicios de que, en efecto, retorna la República con el aditivo Plurinacional.

Finalmente, Samuel Doria Medina y otros candidatos; enfocan como inevitable el alza de la gasolina en el futuro inmediato. Este discurso, machacante, reiterado en toda ocasión, es el más negativo de todos los discursos originados en base a palabras y conceptos incluidos en el discurso oficial.

Sus peligrosas consecuencias en el plano inmediato son, duda en la fortaleza monetaria boliviana; elevación aún imperceptible de costos en la canasta familiar y temor a que el reajuste en el precio de hidrocarburos, nos lleve hacia la UDP de los años 80 del siglo pasado.

COLOFON

Ni oficialistas ni opositores, toman en cuenta en sus discursos, los temas que tocan y que podrían alterar la vida económica de todo el país, apurando crisis e inestabilidad, sin mayor respaldo que la utilización superficial de términos vacíos pero que, al ser reiterados, parecen verdades absolutas y que destruyen sin vuelta de hoja, la inestabilidad nacional.

Es hora de que la clase política, tome partido por Bolivia¸ no por la coyuntura y que sopese las connotaciones de su discurso contestatario, cambiándolo por ideas y proyectos que destilen Patria.

(Clovis Díaz)

 
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