En la muerte de Jorge Siles Salinas

Jorge es de linaje de esa aristocracia de señores, intelectuales e historiadores que están desapareciendo en los tiempos en los que más se los necesita; hijo del grande Hernando Siles Reyes, hermano de Luis Adolfo Siles Salinas, ex Presidente del país e incansable defensor y fundador de la Asamblea de Derechos Humanos de Bolivia; miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA y medio hermano de otro gigante de la revolución nacional, Hernán Siles Suazo.

Ha incursionado en los campos de la diplomacia, siendo embajador ante la Santa Sede, cónsul en Santiago de Chile, sagaz escrutador del alma humana y conocedor de la mentalidad chilena y casado con una dama nacida en ese país, vecino nuestro. Académico e infatigable colaborador y columnista de Presencia Literaria que hace medio siglo dirigía el crítico literario Mons. Juan Quiroz. Fue de pluma ágil, variada y culta, con temple de varón heredado de su señor padre, don Hernando; al igual que consecuente con sus ideales como miembro de FSB, tiempo en el que militaron los hombres más destacados de Bolivia.

Fue magnífico Rector de la Universidad Mayor de San Andrés, cuya señorial casa de estudios ha representado para la nación uno de las grandes centros universitarios de América, con la promoción de intelectuales de talla.

La pérdida irreparable de Jorge Siles Salinas conmueve, pues precisamente en el tiempo que fue director del entonces vespertino Última Hora, de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, colaboramos con ese periódico. Gracias al tino, acierto e inquietud de Mariano Baptista Gumucio, comenzamos nuestro trabajo por el año 1970, con la delicadísima tarea de dirigirnos a la opinión pública en una columna.

Final: se fue uno de los esclarecidos intelectuales cuya participación en la vida nacional fue decisiva para el engrandecimiento de la Patria.