México.- Con una sombría alianza que iba más allá de los votos matrimoniales, el exalcalde del municipio mexicano de Iguala y su esposa tenían un largo historial de actos sangrientos y lazos con el crimen organizado antes de ser detenidos ayer por la desaparición de 43 estudiantes de magisterio hace más de un mes.
Su fuga y el testimonio de algunas de las más de 50 personas detenidas por este caso, entre policías a sueldo del crimen organizado y sicarios y cabecillas de Guerreros Unidos, parecen señalar su culpa en el crimen, al igual que varios sucesos del pasado que marcaron con sangre la trayectoria de Abarca y Pineda.
Recientemente, la senadora Dolores Padierna, de la fuerza política con la que llegó al poder, el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), acusó al exalcalde de asesinar en 2013 a Arturo Hernández, dirigente de esa agrupación en la alcaldía de Iguala y adversario político.
Según una denuncia presentada ante notario por un testimonio de aquel crimen, tras ordenar que torturaran a Hernández, Abarca espetó a la víctima: “me voy a dar el gusto de matarte” y le disparó dos veces, una de ellas en la cara.
Padierna agregó que “el alcalde era el jefe de ese grupo de policías dedicados a matar”.
Otros medios de comunicación lo involucran además con el asesinato a balazos del síndico administrativo Justino Carbajal, sobrino de un exalcalde de Acapulco, ocurrido también el año pasado.
Pero si el prontuario de Abarca es tenebroso, parecido es el de María de los Ángeles Pineda, a la que algunos sitúan como el cerebro de la red criminal ideada con su esposo y el secretario de Seguridad Pública municipal.
Según la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía), un líder del grupo delictivo Guerreros Unidos detenido en las últimas semanas por este caso indicó a Pineda como “la principal operadora de actividades delictivas” desde la alcaldía, “en complicidad” con su marido y Flores.
Además, la PGR aseguró que la mujer “es pariente en grado directo de dos operadores financieros del grupo que dirigía Arturo Beltrán Leyva”, el cartel de los Hermanos Beltrán Leyva.
Dueño de uno de los colegios más importantes de Iguala, El Benemérito de las Américas, Abarca se dedicó en su juventud a la venta de sombreros y tuvo una joyería.
Sus negocios le permitieron construir el único centro comercial con aire acondicionado en todas sus instalaciones y varias salas de cine de ese municipio, el tercero en tamaño de Guerrero con 130.000 habitantes.
El centro comercial y su lujosa residencia fueron atacados en las últimas semanas por grupos de encapuchados en el marco de las protestas sociales generadas por la desaparición de los 43 estudiantes.
Como empresario coqueteó con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el PRD, al que se unió para ser candidato a la alcaldía en las elecciones que ganó en 2012.
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