El cardiólogo pediatra Franz Freudenthal, creador de un dispositivo usado en niñas y niños que nacen con cardiopatías congénitas, afirmó que algún programa gubernamental debería hacerse cargo de coadyuvar en el tratamiento de esta dolencia. Su técnica pasó las fronteras nacionales, sin embargo, en Bolivia de cada mil nacidos, 50 sufren esta enfermedad.
El médico boliviano-alemán Franz Freudenthal ganó el premio “Innovadores de América” en la categoría Ciencia y Tecnología por un dispositivo para curar cardiopatías infantiles.
Relató que cuando era niño salía con su abuela a visitar pacientes, el ingenio le hizo que desarrollara varios artefactos como bombas de aguas y cocinas solares.
“En la universidad me dediqué por completo a realizar trabajos en profundidad, me ha tomado 30 años lograr crear este dispositivo que me permitió ganar un premio”, dijo Freudenthal en entrevista con EL DIARIO.
Para el profesional en Bolivia dijo que no existe ningún programa gubernamental que apoye a salvar la vida de los niños lamentablemente “es una gota de agua en una piedra caliente”, dijo.
Existen 50 niños de cada mil con problemas congénitos en su corazón. “Tenemos el mejor Gobierno pero no llegó el cambio a la salud, espero que en bolivianos niños tengan corazón que el Ministerio de Salud reconozca las falencias en el sistema”, sostuvo.
Una de las iniciativas que más favorecerían a salvar vidas es que la cardiopatía infantil sea asumida por el Seguro Universal Materno Infantil (SUMI) para evitar el alto índice de mortalidad.
En el exterior se puede acceder a evitar la mortalidad infantil impulsando los programas, pero en Bolivia la incidencia es cinco veces más alta.
“Por eso tenemos que crear políticas, es una vergüenza que al exterior tengamos que exportar entre 400 a 350 dispositivos mensualmente. Para Bolivia de forma anual, a través de una fundación, otorgamos entre 100 y 200 dispositivos para niños por año, pero existen 2.500 en la espera por falta de recursos, el Gobierno no ha salvado a ninguno”, dijo.
PREMIO
Un acto oficial que se realizó ayer, el director del programa Innova Bolivia, Jorge Velasco Terán, y el vicepresidente del banco boliviano Bisa, Franco Urquidi, presentó a los ganadores de Latinoamérica, entre ellos el boliviano Freudenthal.
Estos premios distinguen a los mejores proyectos innovadores de latinoamericanos en seis categorías: Desarrollo Social, Educación, Diseño, Empresa e Industria, Sostenibilidad y Ecología, y Ciencia y Tecnología.
Freudenthal ganó por crear un dispositivo oclusor para curar las cardiopatías congénitas en niños.
El médico realizó sus estudios de pregrado en la estatal Universidad Mayor de San Andrés de La Paz e hizo su internado en el Hospital del Niño de esta misma ciudad. Fue en esa etapa cuando decidió especializarse en cardiología pediátrica, a raíz de una experiencia amarga que le marcó.
Es la cardiopatía congénita más frecuente al nacer y consiste en la presencia de un orificio que comunica los dos ventrículos. Existen varios tipos de CIV, según su localización dentro del tabique interventricular: las CIV membranosas, situadas cerca de la válvula tricúspide; las CIV musculares, localizadas en el septo muscular y las CIV subpulmonares.
CARDIOPATÍA
Se desconoce su causa exacta, pero tener antecedentes familiares de defectos cardíacos puede constituir un factor de riesgo. Dependen del tamaño del orifico de la CIV más que de su localización. Si el orificio es pequeño, el paciente no presentará síntomas en toda su vida, únicamente un soplo cardíaco muy llamativo, cuando su médico le explore. Pero cuando el defecto es grande se produce insuficiencia cardíaca, fatiga, sudoración, bajo crecimiento y soplo cardíaco. En este caso, si el paciente no es tratado adecuadamente, puede aparecer hipertensión pulmonar, dificultad para respirar y cianosis (dedos y labios morados).
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