Triunfo electoral desnuda la pobreza de bolivianos

Los resultados de las elecciones dado por el TSE, de manera extemporánea, confirman el paradójico “triunfo” del MAS con un 61,36%. Paradójico, digo, pues Evo que ya sabía, dedicó este triunfo a los pueblos antiimperialistas ¿Cuál imperialismo?, ¿el que mueve “fichas” a nivel global buscando garantizar sus intereses, incluso, con la complicidad de regímenes populistas? Como sea, este “triunfo” fue del agrado de organismos cercanos al imperio: NNUU resaltó la democracia boliviana, Katherine Grisby, representante del PNUD, dijo que la “democracia boliviana es un ejemplo”. Peter Brennam encargado de negocios de EEUU felicitó a Evo por el “manejo” de la democracia, Dennis Racicot, Comisionado de la ONU, se asombró con la inclusión de los pueblos indígenas, y ni qué decir del presidente de Francia, ¿estas “loas” son gratis? ¡Por favor!

Por donde se mire el “descontento” de los bolivianos es general por la ausencia de políticas de salud, educación, trabajo, seguridad ciudadana. ¿Por qué el triunfo? Como respuesta esbozo algunas hipótesis: 1) La consecuencia (lealtad) del TSE al MAS con sus monumentales metidas de pata y que “favorecieron” al candidato Presidente. Los datos a boca de urna le daban al MAS un 53% y a la oposición un 31% al 50% de los votos generando confusión con datos de medios. Un canal de TV (reconocido por Peñaranda como) “paraestatal” dio como “ganador” a Evo con un 73% al 91% de los votos, 2) el TSE normó una “silencio electoral” que no hizo cumplir, es decir, la propaganda del “doble aguinaldo” y las computadoras “Quipus” fue permanente el día de los comicios, 3) una oposición que no tenía ningún chance (excepto si se “unían) al extremo de que fue, incluso, fue el mismo MAS que con una displicente retórica y una que otra encuesta los “tonificó” para que sigan en carrera y 4) un voto pragmático y “desideologizado”: los empleados públicos no podían arriesgar sus puestos de trabajo y su “doble aguinaldo”, los pobres no podían arriesgar sus “bonos” (pese al mísero poder adquisitivo), una juventud que no perdió la esperanza de “sus” computadoras.

Entonces, ese 61% es de electores que se vieron forzados a preservar sus “beneficios” y que no necesariamente están con el MAS. En cambio en ese 40% están los “descontentos” que no aprueban el despilfarro e improvisación de “mega obras”. ¿Qué pasará cuando el imperio decida bajar los precios internacionales? Ese 40% previene al Poder estar “alerta” ante la improvisada “composición” (corporativa) de esos 2/3 en el Legislativo, alerta sobre las migraciones (parlamentarios tránsfugas) que tratarán de “ahogar” este triunfo apelando a lo que se conoce como Casth-all-party (todo vale) que se nutren de heterogéneas demandas sociales (de grupo).

Por ello ese 61% es un voto pragmático/desesperado/cooptado, el cual es confirmado por el procurador Héctor Arce en su informe -post elecciones- a la Comisión de DDHH de la ONU al afirmar que “los bonos favorecieron a más de 2 millones (de electores) y les permitió el tránsito de la pobreza extrema a la moderada”, ¡pero siguen pobres! En coincidencia, la columnista de The Guardián, Elli Maeo Hagan, dice “si reduces la pobreza la gente votará por ti”, similar a Dilma Rousseff que ganó las elecciones de Brasil con el voto de 13 millones de votos de electores pobres de los estados del norte y noreste donde un 25% se beneficia de la “bolsa familia”. Lo demás es de Perogrullo.