Estados Unidos duplica su presencia militar en Irak. El presidente Barack Obama autorizó ayer el envío a ese país en los próximos meses de hasta 1.500 militares adicionales que no tendrán función de combate.
Los nuevos efectivos entrenarán y asistirán a las fuerzas de seguridad iraquíes y kurdas en su lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que controla partes de Irak y Siria, según informó el Pentágono. Washington justifica la ampliación en la necesidad de “defender” territorios clave e “iniciar la ofensiva” contra posiciones del EI.