Nueva Delhi.- La batalla por el derecho a besarse en público ha puesto ayer en evidencia en Nueva Delhi la brecha entre la India que lucha por que “la mayor democracia del mundo” lo sea cada vez más y la que se aferra a la moral más tradicional.
Jóvenes deseosos de poder expresar su amor en público con un simple beso y seguidores de la organización nacionalista hindú RSS se han enfrentado en la capital india, en un choque ideológico y cultural reflejo de lo diverso que es el gigante asiático.
La Policía ha tenido que sudar el uniforme en el suave otoño delhí para que los empujones, forcejeos y carreras no convirtieran la convocatoria del “Beso del Amor” en algo más que una escenificación entre los extremos que definen a un país como la India.
Nada comparado con los cuarenta detenidos del 2 de noviembre en la sureña ciudad de Cochin, donde radicales tanto hindúes como musulmanes lograron que no se llegara a celebrar el “Beso del Amor”, un simple acto para besarse en público.
En India es normal ver a gente en la calle orinando o defecando junto a las vías el tren, una estampa típica cuando se viaja, pero es muy raro que una pareja se bese abiertamente enfrente de los demás, sino incluso que vaya dada de la mano, publicó Efe.
Algo que contrasta con otra imagen peculiar de la India: hombres dados de la mano, como una señal de amistad de lo más normal.
El joven Rahul Bhattacharya aseguraba ante las cámaras de la multitud de medios congregados frente a la sede de RSS que “no es una protesta contra el Gobierno”, sino contra esta organización convertida “en la principal policía moral del país”.
Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), que se podría traducir del hindi como Organización Nacional de Patriotas o de Voluntarios, es un grupo de extrema derecha nacionalista hindú del que formó parte Nathuram Godse, el asesino del Mahatma Gandhi.
Bhattacharya, rodeado tanto de periodistas como de miembros del RSS, defendía que el beso “no es algo de la cultura occidental, sino también de la india”.
“Si la Constitución no nos prohíbe, no queremos que grupos inconstitucionales nos prohíban con violencia” besarnos, manifestó.
Pero aquí empezaron los gritos de los seguidores del RSS a favor “de la madre India” y de “nuestra verdadera cultura”, con alusiones incluso a dioses del hinduismo como Hanuman, el dios mono.
Y tras los gritos, los empujones y las carreras, hasta que la Policía consiguió que la concentración no se celebrara ante la sede de esta organización, sino algo más lejos en la misma calle.
Al final, dos chicas consiguieron besarse en público, aunque con un pañuelo separando sus labios como una especie de velo contra la inmoralidad, y cuando intentaron hacerlo dos chicos, nuevo trabajo de la Policía para separar a activistas pro- y anti-beso en público.
Aunque la protesta estaba abierta a todo tipo de parejas, era notable la presencia de grupos de homosexuales.
La caída de la tarde en Nueva Delhi, donde a las seis hora local ya es de noche, daba el cierre a esta nueva batalla entre una joven India deseosa de que de la mayor democracia del planeta, con 1.250 millones de habitantes, lo demuestre también en las normas morales y la que añora su Hindustán, una sociedad puramente hinduista.
Convocado por la red social Facebook, la idea del “Beso del Amor” surgió en Cochin a iniciativa de unos jóvenes como respuesta a lo sucedido una semana antes en esta ciudad del estado de Kerala.
Un grupo de hombres del ala juvenil del gobernante Bharatiya Janata Party (BJP) destrozó un café en una localidad de Kerala, cuando se encontraba vacío, como represalia por el beso en público que se dio en el local una pareja.
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