Adeptos piden favores a ñatitas

La mañana de ayer cientos de creyentes se congregaron en el Cementerio General de la ciudad para invocar favores a las denominadas ñatitas. La salud, fertilidad y la protección son, entre otras, las rogativas más frecuentes de quienes realizan estas ceremonias que fueron observadas por la Iglesia Católica. En cambio otros expresaron su agradecimiento a las almas ausentes por ciertos favores recibidos. Según los creyentes los restos de quienes fueron en vida policías servirían para la protección en el hogar.

CULTO

Desde tempranas horas de la mañana del sábado pasado, muchas personas se alistaron para rendir culto a las ñatitas o calaveras. Varios de ellos se los vio comprando coronas de flores, cigarrillos, velas, coca, otros, incluso les llevaron hasta los panes con formas de niños o las conocidas tantawawas, propias de los rituales de la festividad católica de Todos Santos.

NOMINACIONES

“Mi ñatita se llama Josefina, es de mi esposo, quien estudiaba Medicina. Cada lunes le prendo su vela, jamás le falta su vela en la casa. Muchas personas cuando dicen obtener un favor, al siguiente año vienen a buscarle y agradecerle (…) Yo le pido salud, protección”, sostuvo Salina García Mancilla.

Pese a que la Iglesia Católica observa esta práctica, varias personas dicen tener fe en las calaveras muchas de las cuales son rellenadas con algodón en algunos casos y otras con cigarrillos entre los maxilares.

En un recorrido que realizó EL DIARIO evidenció que durante la jornada se habilitó algunos sectores para las oraciones, algunos músicos también se dieron cita en el camposanto central. Algunos llevaron músicos interpretantes de arpa, con acompañamiento de instrumentos de viento, bombos, hasta se encontró bandines que brindaron arpegios melancólicos en la ceremonia.

RECOMPENSAS

Como recompensa las familias les otorgaban panes, pasankallas, en algunos casos dinero, pues cada elemento conllevaba un significado propio.

El encargado de Archivos del Cementerio General, Carlos Monroy, dijo que esta práctica se reproduce de generación en generación. Muchos entierran los restos en los mismos camposantos, mientras que algunos los mantienen en sus hogares, donde forman un verdadero oráculo que se confunde con lo místico y la realidad.

Otras familias tienen la tradición de realizar una fiesta en fecha 8 de noviembre, en la que alimentan y les llevan hasta locales para exponerlas frente a otros creyentes, quienes también les elevan rezos y piden favores.

La gente se da modos de proteger la estructura de la calavera, unos las ponen en una urna de vidrio con marcos de madera, otros usan cajones.

De ese modo insertan a la ñatita de diferentes tamaños (niños, jóvenes, adultos, ancianos), todos tienen nombres y quienes caminan por el Cementerio General preguntan el pseudónimo y luego le elevaban oraciones. Así se vivió la jornada de ayer en el Cementerio General.