Integración del país sin conveniencias sectarias

Los procesos eleccionarios y los referendos que se han llevado a cabo en el país en los últimos diez años, han mostrado una realidad: la urgencia de que haya unidad de los bolivianos en todo emprendimiento que se realice porque -como enseñan las experiencias del pasado- todo accionar en pos de integrar ha fracasado por falta de unidad.

La exposición y práctica de diferentes modos y medios para conseguir la unidad nacional fracasa porque cada facción política, cada institución privada o pública y hasta cada grupo de ciudadanos, según el departamento en que éstos estén, muestran criterios diferentes, posiciones controvertidas radicalmente y no ha sido posible llegar a entendimientos para la solución de problemas pendientes.

La integración nacional es importante y puede ser llevada a buen término siempre que haya posiciones homogéneas, libremente concertadas y conciencialmente positivas en pos de alcanzar objetivos comunes.

Hay un hecho que no tiene solución, pese a que el Poder Legislativo recibe, casi en cada gestión, pedido para solucionar los problemas de los hitos fronterizos internos: así, hay situaciones conflictivas entre pobladores de Potosí y Oruro, entre Beni y Cochabamba porque cada uno de los departamentos cree que los límites departamentales no están bien definidos porque los levantamientos topográficos y las acciones para fijar límites, han sido mal hechos o, en su caso y momento, han obedecido a consignas políticas o sectoriales.

Todo muestra que lo menos entendido por las poblaciones de los departamentos involucrados es que, en los hechos, comparten los territorios, explotan sus riquezas mancomunadamente, sufren ambas partes el abandono de territorios en los lugares en discusión; en otras palabras, no hay motivos reales para que existan diferencias.

De todos modos, lo que corresponde es que los hitos fronterizos en el país sean delimitados correctamente, haciendo que las partes se pongan de acuerdo para definir qué parte de territorios pertenece a cada uno, lo contrario implicaría que, tarde o temprano, conforme a las incitativas que reciban las partes por parte de intereses creados, surjan conflictos que hagan más difícil encontrar soluciones.

El país precisa integrarse completamente para emprender los caminos del desarrollo, lejos de regionalismos y diferencias geográficas que nada bueno acarrean y es la Asamblea Legislativa, conjuntamente las partes interesadas, a través de las gobernaciones, que debería definir este asunto que podría tornarse delicado.