Nada esperemos de Michelle Bachelet

La señora Michelle Bachelet en su primera gestión representó a la mandataria amistosa, de la sonrisa y brazos abiertos para con nuestro país. Permitió, inclusive, que el tema marítimo sea insertado en la Agenda de los 13 Puntos, consensuada entre Bolivia y chile, en julio de 2006. Una Agenda que no culminó con su objetivo debido a la mentalidad maquiavélica de quienes condujeron y conducen a la nación transandina.

“Creemos que hemos caído en la trampa durante la gestión de Bachelet sobre la Agenda de los 13 puntos con el tema del mar”, diría, posteriormente, el dignatario de Estado boliviano (EL DIARIO, 11 de diciembre de 2013).

“Me interesa que a Bolivia le vaya bien”, afirmó, asimismo, la señora Bachelet, cuando se enteró de la decisión boliviana de recurrir a la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya. “A llorar al río”, dijo en términos de la sutil diplomacia chilena.

“Y que respeten los intereses de Chile y que puedan permitir avanzar en asuntos que han sido complejos, creo que sería muy positivo”, agregó (EL DIARIO, 12 de abril de 2013).

La señora Bachelet, con la puntualización que hizo cuando estaba en el llano, puso de manifiesto su desavenencia con la demanda marítima boliviana, porque la consideró atentatoria a los intereses de su país. Es decir que reiteró su defensa de todo lo que Chile nos arrebató con la salvaje invasión a territorio patrio en 1879. Entonces, desgraciadamente, predominaba en Bolivia “la maléfica influencia de los Melgarejo, de los Daza y de tantos otros que pasaron como Atila por nuestra historia, antes y después, como fruto de su psicología ambiciosa”, según Armando Zamora Arrieta (Boletín de la Sociedad Geográfica e Histórica de Sucre, Tomo LII, 1972, No. 457, pág. 150).

Asimismo la mandataria chilena calificó como un “serio error” la decisión boliviana de acudir a la CIJ, porque con este hecho se abandonaba el diálogo, según su criterio. Esta declaración la hizo el mismo día de la presentación de la demanda en La Haya (El DIARIO, 25 de abril de 2013).

Esta aseveración fue ratificada por la señora Bachelet cuatro meses después. En consecuencia ella manifestó: “Cuando Bolivia optó por ir a La Haya, dije que nos parecía un error que lamentábamos, puesto que creíamos que con la política del diálogo se podía avanzar de forma importante” (EL DIARIO, 14 de agosto de 2013).

Era mentira lo de “que con la política del diálogo se podía avanzar de forma importante”. En diferentes oportunidades, recordemos, Bolivia y Chile abordaron la mesa del diálogo, pero sin resultado alguno, en el centenario tema del mar. Obviamente que en ella se tocó aspectos inherentes a las relaciones diplomáticas boliviano - chilenas. En el punto específico del mar, el transandino asumió de manera reiterativa una actitud evasiva, dilatoria y distraccionista, en el marco de sus intereses expansionistas y de latrocinio.

En suma, a estas alturas de la historia, ¿los bolivianos qué podemos esperar de la señora Michelle Bachelet?, nada.