Acerca del segundo aguinaldo

Envueltas en dificultades económicas la industria, el comercio y las micro y pequeñas empresas solicitan al Gobierno atrasar el pago del segundo aguinaldo hasta fines de febrero de 2015, plazo que les permitiría un respiro para cumplir con dicha disposición. El Gobierno ha negado en seco la solicitud, ratificando que debe hacerse efectivo hasta el 31 de enero próximo, a todos los dependientes del país.

La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia manifiesta que determinados sectores pueden cumplir la carga del segundo aguinaldo, pero otros no; añade que si bien ha crecido el Producto Interno Bruto, sus beneficios no se reparten por igual entre las actividades económicas y que las colocaciones de fin de año en el mercado se paga hacia el mes de febrero siguiente. Por su parte, la Confederación Nacional de Micro y Pequeñas Empresas (Conamype) se encuentra en estado de emergencia ante la negativa gubernamental. Otros enfoques aseguran que algunos rubros ni siquiera se insertan en una sobreestimada dinámica económica del país.

Lo cierto es que el sostenido contrabando, debido en parte a la diferencia cambiaria de divisas que presenta el país, coloca en manifiesta desventaja a la producción nacional inundando la oferta. Por ejemplo, la confección textilera interna no logra rehacerse del duro impacto ocasionado por la supresión de las preferencias arancelarias que la beneficiaban, originada en el alejamiento diplomático de Bolivia con Estados Unidos, sumado a otros motivos.

El doble aguinaldo se ha convertido en el detonante del incremento -aunque no ostensible- de la desocupación y contribuye a impedir nuevas contrataciones en los diferentes sectores. También debe tenerse en cuenta el alto peso tributario y de las obligaciones sociales que sobrellevan las empresas formales. Es decir, el costo de la formalidad es demasiado caro y burocrático, lo que explica que en Bolivia los índices de informalidad marquen el 70% frente a la media latinoamericana del 46.8%.

Este conglomerado de factores imponía una meditación más cauta de la medida en cuestión, pero no faltan criterios que la incluyen dentro de un paquete de medidas asumidas con vistas de tipo electoral y que, sin duda, cumplieron sus objetivos. Tampoco es la primera vez que las bonificaciones afloraron en tiempos pasados con idénticas finalidades. La postergación por lo menos de 60 días para el pago del segundo aguinaldo facilitará su cumplimiento, mientras que las penalidades que en caso contrario contempla la legislación imposibilitarán a muchos honrarlo y a otros les significará una quiebra irreversible.