Jorge Siles, patriota

La vida es el instrumento fundamental con el que el ser humano se realiza como persona, o con el cual se destruye a sí mismo, al poner lo peor y negativo en sus actos, corroyendo de esta manera al centro vital con el cual ha nacido para desarrollarse como humano. Jorge Siles Salinas ha utilizado su vida para hacerse una persona de bien, uno de esos seres que no se encierran en su egoísmo sin mirar a los demás ni al tiempo que les ha tocado vivir. Uno de aquellos que viven ausentes ante las necesidades del otro, y ausentes de su tiempo y sus retos. No, Jorge Siles ha vivido compartiendo sus ideas con quienes querían escucharle, o las ha marcado con el sello de la permanencia al escribir libros y artículos, en los cuales da a conocer su pensamiento orientador; además, ha vivido irradiando como ejemplo a seguir los valores que llevaba dentro de sí, o bien lo hacía en las charlas llenas de sabiduría que sostenía con amigos y conocidos, o en las clases que daba en diferentes centros de estudio. De esa manera se fue convirtiendo en testigo de su tiempo.

Su vida ha transcurrido en medio del conflicto social de su país y del mundo. Desde niño pudo ver en su casa la angustia de un político serio ante los problemas de su patria, cuando los quiere solucionar con sabiduría; más tarde, vivió la agonía de la persecución política cuando su casa fue asaltada y quemada, al ser su padre, Hernando Siles, derrocado de la presidencia; después conoció el sabor del exilio; posteriormente vio con impotencia cómo la España que él amaba como a madre se deshacía en la guerra civil, o cómo el mundo, enloquecido de fanatismo, era lanzado a los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Más tarde, los desmanes de la revolución del 9 de abril, con la sañuda persecución a quienes no compartían sus puntos de vista, abrió las puertas de las cárceles e instituyó campos de concentración para encerrar y torturar a sus adversarios, fue otra herida en su alma; herida que sangraba en las páginas de protesta que escribió en el exilio. Así, en medio de la convulsión política que sacudía a la historia fue formando su mente, y la orientó a las disciplinas humanísticas, donde el pensamiento y la sensibilidad artística le dieron el toque final a una mente capaz de pensar por sí mismo, y de sentir tanto lo bueno como lo malo, regocijándose con lo primero y doliéndose de lo segundo.

De la manera cómo se ve la muerte depende la forma de vivir de una persona. Si considera que la muerte acaba con la existencia al volcarla en el vacío de la nada, entonces, nada tiene sentido, y todo está permitido; si, en cambio, mira a la muerte como la puerta de entrada a la verdadera y eterna vida donde Dios nos espera, entonces es necesario caminar con cuidado, es preciso valorar el acto por realizar para ver si nos desvía del camino, y no sólo nos extravía, sino nos pierde; es imprescindible mirar que no marchamos solos, aislados, sino que vamos a la muerte en grupo, y, que, por tanto, la solidaridad es necesaria, pues los unos necesitamos de los otros, todos somos arrieros en el camino de la vida a la muerte.

Jorge Siles creía firmemente en Dios, por eso estuvo comprometido con el hombre, con su patria y con la historia. Sus libros hablan de ese compromiso. En “Lecciones de una revolución” muestra a Bolivia deshaciendo al hombre en nombre de la revolución. La literatura boliviana de la Guerra del Chaco”, su tesis de ingreso a la Academia Boliviana de la Lengua, es un panorama de la visión humana de esa contienda, que ha marcado al boliviano al punto de enderezar rumbos sociales en nuestra historia; “Ante la historia”, que inicialmente fue su tesis de ingreso a la Academia de la Historia, nos pone ante la disyuntiva: Dios, o las llamadas “leyes” de la historia; “Sí, el mar” es una especie de memorias de su misión ante el gobierno de Santiago, y un alegato por la recuperación del mar boliviano, en el cual trata el tema desde la perspectiva histórica y diplomática, y hace un llamado a sus amigos chilenos a reflexionar sobre el problema del mar para Bolivia. Es un libro de actualidad escrito por un patriota.

El autor es Miembro de Número de la Academia de la Lengua, Correspondiente de la Real Española.