Periódicamente, y en todo nivel en los despachos gubernamentales, se escucha el criterio de que es preciso invertir para alcanzar altos índices económicos; se habla del desarrollo como si se tratara de algo simple y que está sujeto a “malabarismos financieros”.
La verdad es que el desarrollo de un país depende de las condiciones que sean creadas, como ser estabilidad, garantías para el capital, criterios técnicos y económicos para el manejo del desarrollo y cuidado de su crecimiento, utilidad y desempeño en la economía nacional. Pero, para hablar de desarrollo, es importante hablar previamente de las inversiones, si bien financieras, también tienen capital importancia las tecnológicas y las humanas.
Hay tres capitales importantes para conseguir el desarrollo de las economías y que son decisivas, especialmente en países de economía deprimida como es la nuestra: capitales financiero, tecnológico y humano. El primero, el financiero, es de vital importancia; el segundo, el tecnológico, ayuda a que las inversiones se tornen realidad en la producción, la calidad y cantidad de lo que se produzca; finalmente, la inversión humana, o, mejor, la capacidad humana para el manejo de la tecnología y de los medios financieros.
En nuestro país nos faltan los tres capitales, aunque según el Gobierno habría el referido a dinero, falta tecnología que hay que alquilarla o adquirirla; en cuanto al capital humano, no contamos con personal especializado en todos los factores que intervienen para el desarrollo y esto debe obligarnos a dar las mayores facilidades a la educación o la formación de técnicos y profesionales en las áreas donde haya que invertir los primeros: dinero y tecnología.
En el último punto, el humano, si no lo tenemos, habría que contratar profesionales técnicos y extranjeros que cumplan la condición de preparar y capacitar a nuestra gente en universidades y centros especializados; todo esto, al margen de la labor profesional que realicen en los campos para los que hayan sido contratados.
Contamos con una Ley de inversiones, pero a pesar del tiempo transcurrido desde su aprobación como decreto o ley, no se aprueba un reglamento, condición que, se dice, es primordial para que tenga legalidad plena y pueda funcionar debidamente.
Es, pues, imperioso que el Gobierno apruebe ese reglamento y, al margen de ello, tenga conciencia plena de que el capital, nacional o extranjero, para ser invertido precisa todas las garantías que señala la ley, al margen de otras medidas que son precisas para el debido funcionamiento de lo que las inversiones logren; de otro modo, todo quedará en simples enunciados y proyectos. El desarrollo, antesala del progreso, precisa de muchos elementos que implican garantías, seriedad, seguridad y compromisos.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |