“La voz de los poetas”
* Lleva 30 años como directora de la Academia “Ignacio Duchén de Córdova”. Ama inmensamente la interpretación poética, dice que es el lenguaje sublime de la humanidad.
Elizabeth Fiorilo Sucre tiene sobradas razones para festejar sus 30 años al frente de la Academia “Ignacio Duchén de Córdova”. En estas tres décadas formó a más de 27.000 personas, entre niños, jóvenes y adultos, logrando 60 promociones de declamadores nacionales, líderes y docentes de expresión oral.
“Me siento feliz, es una satisfacción justificar mi existencia con este aporte de nuevos líderes para una Bolivia mejor”, destaca Fiorilo Sucre, quien en los próximos días empezará a dictar con el plantel de la academia sus tradicionales cursos de verano 2014-2015.
LG: ¿Qué te motivó a asumir la dirección de la academia?
E: El inmenso amor al arte de la interpretación poética, que es el lenguaje sublime de la humanidad. Ante el fallecimiento de mi maestro Ignacio Duchén de Córdova, en calidad de declamadora profesional entre 18 declamadores, gané el concurso de méritos, llegando a ocupar la dirección de la academia desde el 14 de abril de 1984 (a la fecha). El principal jurado del tribunal del examen fue Fernando Cajías, en aquella época director del Instituto Boliviano de Cultura.
LG: ¿Cuáles fueron tus mayores logros?
E: Haber llevado en mi voz el clamor marítimo representando a nuestra patria en certámenes internacionales, en países como Australia, Chile, Brasil, Paraguay, Venezuela. En el hermano país de Perú, participé en el Concurso Latinoamericano de Declamadores, haciéndome acreedora del galardón correspondiente a la Mejor Declamadora de Sudamérica.
LG: La academia ya tiene 60 años, 30 al frente tuyo, ¿qué tropiezos tuviste en estas tres décadas?
E: Cuando falleció Ignacio Duchén de Córdova todos pensaron que murió también la academia, entonces fue un duro reto para mí continuar con el trabajo, mejorar y ampliar el arte formativo. Otro tropiezo fue no contar con una infraestructura propia, ojalá las autoridades competentes puedan otorgarnos este instrumento en mérito a la contribución social y aporte que hicimos durante ya más de 60 años, que es el formar líderes bolivianos.
LG: ¿Qué sacrificaste por tu dedicación a la declamación?
E: Mi familia, el no poder estar permanentemente junto a mis hijos en razón al arduo trabajo no sólo de enseñar, sino también de demostrar producción para que la academia esté latente, como ahora que es historia.
LG: ¿Cuántos reconocimientos recibiste en tu trayectoria?
E: 287 y todos son muy importantes para mí, entre los últimos están los siguientes premios: Ministerio de Culturas (Gran Aporte a la Cultura - Orden Franz Tamayo); Estado Plurinacional de Bolivia – Cenapi (Galardón Andino a la Excelencia); UNESCO (Medallas Cerro Rico de Potosí y Víctor Hugo), ambas condecoraciones enviadas desde Francia; Cámara de Diputados (Honor Cívico - Maestra Meritoria), Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (Honor Cívico –Grado–Pedro Domingo Murillo) y Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia – Brigada Parlamentaria de La Paz (Paceñísima de Oro).
LG: ¿Qué novedades tendrá el curso de verano 2014 - 2015?
E: Poner en práctica nuevas técnicas para vencer el miedo, la timidez y el pánico escénico, corrigiendo malformaciones del lenguaje y fortaleciendo la autoestima y la personalidad. En expresión corporal (enseñaremos) motricidad fina, motricidad gruesa, postura y coordinación con el Ballet Clásico y Folclórico, además de ritmos, vocalización y oído con la Coral infantil.
LG: ¿Deseas agregar algo?
E: Agradezco a Dios por el talento, a La Guía (de EL DIARIO), que me incentiva a seguir adelante, a mi madre, de quien soy la continuación de su vida, a mis hijos y familia por creer en mí y a los escritores por nombrarme “Elizabeth, la voz de los poetas”.
SÚPER SENSIBLE, PERO CON LA FORTALEZA DE UN LEÓN
Elizabeth Fiorilo Sucre nació en La Paz el 21 de febrero. Declamadora nacional, es desde hace tres décadas directora de la Academia de Expresión Oral y Corporal “Ignacio Duchén de Córdova”, entidad que ya lleva 60 años innovando en la cultura y formando a líderes bolivianos.
Casada y con dos hijos (Rommel y Brisa Marina), Ely se define como una “mujer bendecida, buena hija, buena madre, con valores y metas definidas, artista de nacimiento que ama intensamente y con pasión su arte”.
“Me defino como una mujer súper sensible, soñadora y romántica pero con la fortaleza de un león”, afirma.
Virtud: Cuanto más grande, soy más humilde.
Defecto: Confiar demasiado en la gente y creer que todos son como yo.
Hobbies: Cantar, leer, ballet español y diseñar mi propio vestuario.
Labores de casa: Me encanta la cocina.
Un libro: “Cómo aprender a amar” de Osho.
Una canción: “Como yo te amo” de Rocío Jurado.
Una flor: Rosa roja.
Una comida: Tallarín a la bolognesa.
A qué le teme: A la muerte, porque amo la vida.